Bogotá, Colombia -Edición: 763

 Fecha: Domingo 23-02-2025

 

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COLUMNISTAS

 

 

 

Nacionalismo y fatalidad

Por: Guillermo Navarrete Hernandez

 

Desde 1776, los Estados Unidos de América se convirtieron en un referente en términos de su sistema democrático y económico, factores que contribuyeron a su ascenso como potencia mundial. Entre los elementos que influyeron en dicho crecimiento se destaca el papel de la religión, promotora de valores como la ética del trabajo, la honestidad, el ahorro y la caridad. Estos principios, junto con el activismo de denominaciones religiosas como la Iglesia congregacional, los presbiterianos y las reformadas holandesa y alemana, sentaron las bases para un desarrollo económico sostenido.

Este fenómeno no solo transformó la vida espiritual de las colonias, sino que también fomentó una cultura de responsabilidad individual y esfuerzo colectivo. Ideas que se alinearon con otros factores clave, como la existencia de un mercado unificado, un sistema político-legal favorable, abundantes recursos naturales y los avances de la Segunda Revolución Industrial, sumados al espíritu emprendedor y la inversión en capital.

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la producción industrial y la exportación de bienes a Europa, en contraste con la devastación que sufrían las naciones de dicho continente, consolidaron el protagonismo de Estados Unidos en la política y la economía global.

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) afianzó la hegemonía estadounidense, gracias a su contribución decisiva en la derrota de la Alemania nazi, la posterior reconstrucción de Europa mediante el Plan Marshall, la producción industrial masiva y desarrollo tecnológico.

La Guerra Fría, un conflicto ideológico desatado entre países de corte comunista y capitalista, lo erigió como líder del bloque occidental. Promovió la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. A través de estas dos instituciones financieras impulsó el neoliberalismo, modelo económico conveniente para sus intereses, especialmente en los países del sur global, que se vieron obligados a recurrir a créditos externos condicionados para financiar sus déficits fiscales.

Paralelo a lo descrito el apoyo a dictaduras en Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional, pese a la demostrada y documentada violación sistemática de los Derechos Humanos. provocó una estela de inestabilidad política, desplazamientos masivos, cinturones de miseria en las goteras de las grandes ciudades y desigualdad social. Además, su invasión a Irak en 2003, justificada con la falsa excusa de la producción de armas químicas y respaldada por medios de comunicación afines, evidenció su intervencionismo.

En el caso de Colombia, está documentado que fueron norteamericanos los que introdujeron el narcotráfico al descubrir marihuana de alta calidad en la costa norte, de superior calidad a la que consumían sus tropas en Vietnam. Promovieron su cultivo en la Sierra Nevada de Santa Marta y La Guajira, para luego enviar cargamentos de la yerba en avionetas a su propio país. Paradójicamente, años más tarde, impusieron la llamada "guerra contra las drogas", con profundas secuelas económicas, sociales y de violencia para nuestra patria.

Con el ascenso al poder de Donald Trump, un mentiroso consagrado caracterizado por su retórica nacionalista, su desprecio por las normas diplomáticas y su disposición a establecer alianzas cuestionables, la política

 

 

 

hipócrita ya pasó de moda, es la desfachatez, la codicia, la chabacanería, el fanático nacionalismo y la fatalidad, las que se imponen y generan preocupación a nivel global.

 

CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica

 

El Alquimista Interior: Una Transformación Budhista

 

"El alquimista es aquel que deja de sentirse victima, para convertirse en el dueño de su propia existencia".

La alquimia, ancestralmente asociada a la transformación de metales básicos en oro, ha trascendido su significado literal para convertirse en un símbolo de la transformación personal. En el budhismo, esta metáfora cobra una profundidad especial, pues la práctica espiritual se entiende como un proceso continuo de refinamiento y transformación de la mente.

Según la filosofía budhista, cada individuo es el alquimista de su propia existencia. El sufrimiento, lejos de ser una fatalidad, se presenta como el crisol en el cual se forja la liberación. Al igual que el alquimista somete a los metales a intensas pruebas de fuego, el budhista enfrenta los desafíos de la vida como oportunidades para purificar su mente y cultivar cualidades como la paciencia, la compasión y la sabiduría.

De Sentirse Víctima al Creador

La visión budhista desafía la tendencia humana a sentirse víctima de las circunstancias. Al atribuir nuestro sufrimiento a factores externos, nos eximimos de la responsabilidad de cambiar nuestra situación. Sin embargo, el budhismo enseña que la mente es la fuente de todo sufrimiento.

Al igual que un alquimista puede transformar un metal base en oro, nosotros podemos transformar nuestra mente, llena de apegos, aversiones e ignorancia, en una mente clara y pacífica.

Los Ingredientes de la Transformación

Para emprender este viaje alquímico interior, el budhismo ofrece una serie de herramientas y prácticas:

* La atención plena (mindfulness): Al cultivar la atención plena, observamos nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, lo que nos permite reconocer los patrones que generan sufrimiento.

* La meditación: A través de la meditación, desarrollamos la concentración y la introspección, lo que nos permite acceder a niveles más profundos de la mente.

* La compasión: Cultivar la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás nos ayuda a romper los ciclos de odio y rencor que alimentan el sufrimiento.

* La sabiduría: La sabiduría budhista nos enseña a ver las cosas como realmente son, sin ilusiones ni apegos.

El Oro Interior

El objetivo final de la alquimia budhista no es la acumulación de riquezas materiales, sino la realización de la naturaleza búdhica, la cual es intrínseca a todos los seres. Al igual que el oro se encuentra oculto dentro de la materia prima, la iluminación se encuentra oculta dentro de cada uno de nosotros. A través de la práctica espiritual, podemos desvelar este tesoro interior y vivir una vida plena y significativa.

En conclusión, la metáfora del alquimista nos invita a asumir la responsabilidad de

 

 

 

nuestra propia transformación. Al igual que un alquimista paciente y perseverante, podemos convertir el plomo de nuestro sufrimiento en el oro de la liberación. El viaje puede ser largo y desafiante, pero la recompensa es incalculable: la paz interior y la libertad de ser quienes realmente somos.

 

Título

Por: Edgar Cabezas

 

Si se me concediera el noble titulo de virrey de parte de su majestad, el pueblo soberano, o si fuera un animador excelente ad honoren de la Asamblea Nacional Popular, sin título alguno y sin reconocimiento popular en calidad de ciudadano, me tomo la palabra escrita para manifestar que desde la junta directiva de la Asamblea Nacional Popular constituyente por el pueblo unido en sus organizaciones sindicales, étnicas y culturales, se ordene al poder constituido por las tres ramas del poder público, que en el presupuesto que se invierte en beneficio social a través del programa “Colombia Compra Eficiente”, se asignen los recursos monetarios justos y equitativos a los mil ciento y más municipios y a todas la entidades territoriales étnicas.

Hay que superar la lentitud de las reformas a las leyes que posibiliten en los territorios las transformaciones que se tienen que hacer en lo correspondiente a la salubridad pública y la seguridad propia de los derechos fundamentales del ambiente sano, la salud y la alimentación. Es preciso que esa legislación sea una realidad, un hecho cumplido, un contrato social recibido a satisfacción por parte de las comunidades organizadas municipales y étnicas.

El presidente Petro ha dicho que él va hasta donde el pueblo mande, y para mandar hay que ordenar, entonces, la pregunta es: ¿Cuál es la organización del pueblo que manda? La respuesta es: la Asamblea Nacional Popular. Mandar se hace a través de ordenes a cumplir, y, el pueblo que hay en mí, no quiere que le sigan mamando gallo aplazándole un buen vivir, gobierno tras gobierno. La única manera es que las organizaciones sindicales, sociales, étnicas, culturales y comunales, como poder constituyente y organizado que son, decidan impartir esa orden a las ramas del poder constituido para que sin dilaciones ni objeciones se aprueben las reformas propuestas por el gobierno al congreso y la justicia las ratifique.

Entonces hay que convocar al pueblo para la permanente movilización alrededor de las iniciativas legislativas en curso, para asegurar que se aprueben antes del 21 de noviembre del presente año y así cerrar con éxito algunos de los puntos incluidos en la convocatoria a la huelga general de las centrales sindicales; al Paro Nacional de 2019, su continuidad hasta febrero de 2020; las protestas de abril de 2021 hasta diciembre del mismo año y que, desde entonces a hoy, según los puntos contenidos en los pliegos de negociación que aún están vigentes.

La Asamblea Nacional Popular tiene la gran responsabilidad y la obligación de hacer realidad la coordinación entre el poder constituyente y el poder constituido para el establecimiento de la democracia popular directa con mandato delegatario y representativo. Entonces, que la orden del poder constituyente a través de la Asamblea Nacional popular, sea la de ordenarle a los funcionarios y representantes de las tres ramas del poder público que aprueben las leyes para el buen gobierno justo, equitativo y honesto al que algunos llaman bienestar, otros buen vivir, y aquellos más, “vivir sabroso”.

Porque, de no hacerlo, el pueblo organizado en la Asamblea Nacional popular irá a la huelga general y al paro nacional hasta que Colombia tenga un gobierno que coordine de manera eficaz las funciones que tiene asignadas en materias de paz, salubridad pública, medicina preventiva, alimentación agroecológica y aumento de las transferencias de la Nación a municipios y departamentos. Pues es que con ambiente sano, salud universal y barriguita llena, libre de pesticidas, todo es bello.

 

 

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