Bogotá, Colombia -Edición: 766

 Fecha: Domingo 02-03-2025

 

 

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JUDICIAL

 

 

 

Violencia sin tregua en Norte de Santander: Hallan tres cuerpos en zona rural y un cilindro con explosivos

 

 

En la vereda Oru, municipio de Tibú, Norte de Santander, fueron encontrados los cuerpos sin vida de tres hombres. Uno de ellos vestía un uniforme camuflado y portaba un brazalete del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Los tres hombres llevaban armas de fuego en las pretinas de sus pantalones.

 

Las autoridades no han confirmado sus identidades ni han emitido un pronunciamiento oficial, pero indicaron que iniciaron las investigaciones para determinar las circunstancias de los homicidios y posibles responsables.

El hallazgo ha generado preocupación en la comunidad, que teme un aumento de la violencia en la región del Catatumbo, donde varios grupos armados disputan el control territorial y de actividades como el narcotráfico y la minería ilegal.

 

Líderes comunitarios han solicitado mayor presencia de la Fuerza Pública para evitar represalias o nuevos enfrentamientos.

 

Cilindro con explosivos cerca de estación de policía
 

Habitantes de Tibú reportaron un cilindro sospechoso en el barrio Largo, a pocos kilómetros de una estación de policía. El artefacto, que aparentemente contenía explosivos, estaba conectado a un cable dirigido hacia una zona montañosa. La Policía Antiexplosivos llegó al sitio para evaluar la situación y definir un plan de desactivación.

Este incidente ha generado temor entre los residentes, especialmente porque la zona ha sido blanco de ataques previos contra la fuerza pública. Organismos de seguridad investigan si el hallazgo está relacionado con las tensiones entre grupos armados que operan en la región o si se trataba de una amenaza directa contra la estación policial.

La región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, continúa siendo escenario de una alarmante escalada de violencia.

Según informaron medios como El Colombiano, el jueves 27 de febrero, un ataque armado contra la estación de Policía de Teorama dejó como saldo la muerte de un uniformado y otro herido. La víctima fatal fue identificada como Geyder Giovanny Duque Medina, miembro del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional.

El ataque ocurrió alrededor de las 5:00 p. m. en el sector de la Plaza, mientras los uniformados realizaban actividades de prevención en la zona. De acuerdo con la información publicada, los agentes fueron sorprendidos por disparos de francotiradores y ráfagas de fusil, lo que desató un enfrentamiento armado. Este hecho no solo cobró la vida de uno de los policías, sino que dejó a la comunidad en un estado de incertidumbre debido a las consecuencias inmediatas del ataque.

Impacto en la comunidad y afectaciones en los servicios básicos

Tras el atentado, los habitantes de Teorama reportaron interrupciones en el servicio eléctrico y fallas en la telefonía celular, lo que incrementó el temor entre la población.

Estas afectaciones, según detalló el medio, agravaron la sensación de inseguridad en un municipio que ya enfrenta una compleja situación debido a la presencia de grupos armados ilegales.

El Catatumbo, una región históricamente golpeada por el conflicto armado, es actualmente un territorio disputado por organizaciones como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC.

Según fuentes oficiales citadas, el ELN ha intensificado sus ataques contra la fuerza pública desde el año pasado, utilizando tácticas como francotiradores y hostigamientos constantes.

Una región atrapada en la violencia y el desplazamiento forzado

El ataque en Teorama es solo uno de los múltiples episodios de violencia que han marcado la crisis de seguridad en el Catatumbo. Los enfrentamientos entre grupos armados y las fuerzas del Estado han generado desplazamientos forzados y un aumento en la inseguridad para los habitantes de la región.
 

 

 

Según lo reportado, esta situación ha convertido al Catatumbo en una de las zonas más afectadas por el conflicto armado en Colombia.

 

En este contexto, las autoridades han intensificado sus esfuerzos para combatir la violencia y garantizar la seguridad de la población. El pasado 25 de febrero, el presidente Gustavo Petro lideró un consejo de seguridad en la Casa de Nariño, donde participaron altos mandos militares y policiales, así como ministros del Gobierno. Durante esta reunión, se discutieron estrategias para fortalecer la presencia del Estado en las zonas más afectadas, incluyendo Norte de Santander.

 

Explosión en Saravena: ELN detona artefacto tras colocar bandera para atraer al Ejército

 

 

En un nuevo episodio de violencia en el departamento de Arauca, un artefacto explosivo fue detonado en las primeras horas del sábado 1 de marzo, luego de que integrantes del grupo armado ELN colocaran una bandera en la entrada del municipio de Saravena.

 

Según informó el Ejército, este acto fue utilizado como señuelo para atraer a las tropas militares y perpetrar un ataque en su contra. Aunque no se reportaron heridos ni daños a la infraestructura vial, el hecho generó alarma entre los habitantes de la zona, quienes transitan diariamente por el área afectada.

De acuerdo con la información proporcionada, el incidente ocurrió a unos 400 metros de la entrada al municipio, en un punto conocido como la “Y” que conecta con Puerto Contreras. Allí, miembros del frente Domingo Laín Sanz, específicamente de la comisión Ernesto Che Guevara, activaron un artefacto explosivo improvisado.

Tras el ataque, las autoridades locales y militares reforzaron las medidas de seguridad en la región. Según detalló el medio, la Brigada 18 del Ejército Nacional de Colombia incrementó su presencia en la zona con el objetivo de garantizar la seguridad, la movilidad y el bienestar de los habitantes de Saravena y sus alrededores. Estas acciones buscan prevenir futuros incidentes y proteger a la comunidad de posibles amenazas por parte de grupos armados.

El vehículo militar estaba realizando labores de verificación en la carretera cuando se encontró con un elemento sospechoso, que resultó ser un explosivo. Junto a este, se hallaba una bandera que hacía referencia al grupo guerrillero, lo que refuerza las sospechas sobre la autoría del ataque.

 

Denuncian secuestro de una lideresa social y su hermano en Catatumbo, Norte de Santander

 

 

La desaparición de María Johanna Cárdenas, lideresa social y integrante activa de la red de veeduría ciudadana de mujeres y población diversa del Catatumbo, encendió las alarmas en una región ya golpeada por la violencia. Según informó El Tiempo, la mujer fue secuestrada el viernes 21 de febrero en la mañana, cuando hombres armados irrumpieron en su hogar en el municipio de San Calixto, en el departamento de Norte de Santander. Días después, su hermano, Juan Cárdenas, también fue raptado, aumentando la incertidumbre sobre su paradero y la preocupación en la comunidad.

Este hecho ocurre en un contexto de creciente violencia en la subregión del Catatumbo, donde el conflicto armado entre el ELN)y las disidencias de las Farc generó una crisis humanitaria que se extiende por más de seis semanas. La situación provocó el desplazamiento de cientos de familias, así como un aumento en los homicidios y desapariciones forzadas. La desaparición de María Johanna Cárdenas y su hermano se suma a una larga lista de ataques contra líderes sociales en la región, lo que genera un clima de temor e incertidumbre entre las comunidades locales.

De acuerdo con la Asociación de Mujeres de San Calixto (Admucsan), el secuestro de

 

 

 

María Johanna ocurrió en la mañana del viernes, mientras se encontraba en su hogar junto a su esposo e hijos. Según explicó Eliana Zafra, presidenta del Comité Permanente por los Derechos Humanos (Cpdh) en Norte de Santander, hombres armados llegaron a la vivienda y se llevaron a la lideresa por la fuerza. Posteriormente, se activaron las denuncias correspondientes y se solicitó a la Defensoría del Pueblo la implementación del Mecanismo de Búsqueda Urgente.

 

Zafra también confirmó que, días después del secuestro de María Johanna, se tuvo conocimiento de que su hermano, Juan Cárdenas, había sido igualmente raptado. Hasta el momento, no se tiene información sobre el grupo armado responsable ni sobre las condiciones en las que se encuentran los hermanos. “No sabemos qué grupo armado la tiene ni su situación actual”, expresó Zafra, que además subrayó la gravedad de los hechos y el impacto que estos generan en la comunidad.

 

La lideresa, de entre 40 y 45 años, es reconocida por su trabajo en defensa de los derechos de las mujeres y su participación activa en la red de veeduría ciudadana. Sin embargo, su labor no ha estado exenta de riesgos. Desde el 16 de enero, al menos 15 lideresas de esta Red han sido desplazadas junto a sus familias debido a amenazas de muerte y el riesgo de reclutamiento forzado para sus hijos menores de edad. Estos hechos, según Zafra, buscan intimidar a las mujeres que participan en estos espacios, generando un ambiente de miedo que podría limitar su activismo.

En relación con este caso, el teniente coronel Wilder León, comandante del segundo distrito de Policía en Norte de Santander, informó que las investigaciones están en curso. Según explicó, el Grupo Gaula de la Policía Nacional está liderando las acciones para esclarecer los hechos y localizar a los hermanos Cárdenas. “Estamos a la espera de tener algún dato, toda vez que esto sucedió el fin de semana”, declaró el oficial.

Por su parte, las organizaciones defensoras de derechos humanos exigieron una respuesta inmediata por parte de las autoridades. “Cada día que pasa es crucial. Necesitamos que las instituciones actúen con celeridad para dar con su paradero y proteger la vida de quienes defienden los derechos en el Catatumbo”, enfatizó Zafra. Además, solicitaron a la Defensoría del Pueblo que mantenga una comunicación directa con la familia de las víctimas y que se intensifiquen los esfuerzos para garantizar su pronta localización. Hasta la fecha, no se ha recibido ningún tipo de contacto o prueba de supervivencia por parte de los responsables del secuestro.

 

Violencia en Buenaventura: hay 300 familias confinadas por disputas entre el ELN y las disidencias

 

Las disputas por tener el control de los ríos del Bajo Calima, en zona rural de Buenaventura (Valle del Cauca), tienen en extrema preocupación a sus habitantes que, por segunda vez, se ven obligados a confinarse o desplazarse forzosamente.

Son al menos 300 familias que fueron desplazadas hace dos años a un polideportivo adecuado como albergue en Buenaventura. Debido a las difíciles condiciones, decidieron retornar a sus hogares tras un acuerdo desarrollado en medio de los diálogos con el ELN; no obstante, la violencia se recrudeció, obligándolos a permanecer en sus hogares, pero esta vez en confinamiento.

A propósito, la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, confirmó que la situación de confinamiento en el Bajo Calima es consecuencia directa de la disputa entre los grupos armados por el control de los ríos que atraviesan esta región, utilizados como rutas estratégicas de conexión hacia el Pacífico.

Afirmó que se trata del ELN y las disidencias de las Farc los grupos que se enfrentan por el dominio de estas vías, lo que ha generado un clima de zozobra para las comunidades locales. Asimismo, enfatizó que la seguridad en el Bajo Calima no puede ser abordada de manera aislada, sino como parte de una estrategia integral que abarque toda la región del Pacífico.

 

 

“La gente del Bajo Calima está confinada y está confinada por las actuaciones del ELN y la disputa que hay allí por el control territorial. Necesitamos que el nuevo ministro de Defensa venga al Valle del Cauca y con las autoridades del Pacífico definamos una estrategia de seguridad integral”, enfatizó.

 

 

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