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EDITORIAL
Purasangre
El vínculo del campesino con
la tierra es de hecho asociativo en cuanto que los predios de
propiedad privada que se poseen en el área rural pertenecen en
realidad a montañas, a valles, a llanuras, a altiplanos y a
sabanas de las geoformas de las cuencas hidrográficas y a los
paisajes tanto naturales como construidos, en los que habitan
animales y plantas. En el territorio, el área rural es una
unidad predial subdividida en cédulas catastrales y matriculas
inmobiliarias con función ecológica, y como unidad paisajística
deben cumplir con estrictas matrices naturales, parches y bordes
desde los que se comience a restaurar la conectividad de los
corredores biológicos.
Dado que el medio de producción de los campesinos es la tierra,
definida como tal con sus atributos de agua, suelo, atmósfera y
biodiversidad, elementos y órganos constitutivos de la
colectividad humana en comunidad asociada a la cultura local del
territorio, es que siendo sabedores, de la conciencia de clase
campesina, los campesinos purasangre están llamados a liberar de
atropellos nocivos a la naturaleza y a la humanidad porque es
como campesino, ella o él, que se definen como protectores del
mundo permanente de la vida.
La manera de hacer las cosas amables para la vida en comunidad
continúa siendo la juntanza de las juntas de acción comunal y
todas las demás actividades asociadas a las economías circulares,
solidarias y cooperativas. Así que la primera gran
transformación de la revolución industrial agroecológica es la
convicción campesina de que su realidad en la cadena productiva
del derecho a la alimentación de las poblaciones, la economía
producto del trabajo que le sirve de sustento, es asociativo de
hecho, porque hace parte del paisaje y de las actividades
productivas rurales.
El tiempo del retorno de la baquía campesina viene por
intervalos porque la conciencia se cualifica, madura y adquiere
calidad en los órganos e instituciones que se han creado en el
proceso de descolonización y aculturación subordinada al que en
Colombia han estado sometidos los purasangres campesinos, los
habitantes rurales. Es así que en este año se conmemoran los
cien años del nacimiento de uno de sus mejores hijos y maestros,
el ciudadano Orlando Fals Borda que con las naciones y pueblos
de Colombia ayudó a crear, entre otras entidades, las juntas de
acción comunal y formuló para la academia, la metodología de la
investigación con acción participativa.
Y es en el ahora de la transición de la economía extractivista a
la economía productiva en el que la experiencia comunitaria de
la investigación, acción, participativa viene cosechando paso a
paso dese el surco de la sangre derramada campesina los frutos
de un gran trabajo colectivo, co-creado y que desde la
agroecología le propone a las entidades territoriales
desarrollar el “Instrumento de Planificación predial para la
Transición Agroecológica de la economía carbonizada y de
síntesis química a una biológica.
Los campesinos purasangre asociados a las organizaciones
campesinas de las etnias y culturas están organizando escuelas
campesinas para la formación en el instrumento de planificación
predial para la transición agroecológica: IPPTA, herramienta que
les permite a l@s promotores extensionistas y sabedores en
agroecología, realizar un plan de acción para la transición
agroecológica junto con las familias y comunidades, a través de
la medición de indicadores ambientales productivos y
socioeconómicos con el objetivo de transitar hacia una
producción sostenible, conservando a la vez, los elementos
naturales de los territorios y priorizando el buen vivir de la
familia y la comunidad. Orlando, purasangre y pionero, avanzamos
a pasos agigantados. ¡Gracias!
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El deber de cada uno es
protegernos y proteger nuestro entorno

Por: Zahur
Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Somos sociedades de eslabones en la cadena
evolutiva de la especie humana. Esto nos hace más interesantes
como conjunto humano por la variedad intelectual que mueve el
mundo.
Sin esta variedad seríamos piezas biológicas que funcionarían
como el mecanismo de un reloj. Y el universo no existiría porque
él de por sí es un organismo que funciona bajo leyes
astrofísicas que todavía no hemos descifrado en nuestro
intelecto.
Nuestra existencia como entidad biológica en la
actualidad nos proporciona una intelectualidad que nos permite
discernir bajo razonamiento empírico las cosas existentes que
nos rodean y entenderlas por sus beneficios que nos aportan para
nuestra sobrevivencia diaria.
Gracias a esa capacidad que hemos alcanzado estamos en el
pináculo de la evolución humana. Pero no todos están en la
cumbre del desarrollo por esa variedad biológica en la que nos
encontramos en este proceso evolutivo.
Ahora bien, si entendemos estos planteamientos podemos avanzar y
abrir las puertas para que todos podamos convivir bajo el libre
albedrío que nuestra naturaleza nos brinda. Sin hacer daño a
quienes comparten con nosotros este espacio en el planeta y el
universo.
Cada ser humano se reconoce así mismo hasta cierto punto y
reconoce su entorno y a quienes lo habitan, sin el equilibrio
emocional e intelectual no podría vivir en sociedad. Cuando hay
un reconocimiento de igualdad en quienes hacen parte de la
sociedad, estos están en el deber de proteger a quienes carecen
de la razonabilidad para manejar o entender la parafernalia del
establecimiento público.
Siempre en una sociedad existen personajes que quieren
atropellar a otros que carecen del conocimiento de las cosas del
bienestar social y así ellos usufructuar los beneficios que le
pertenecen a la sociedad.
Actuar por el bienestar social es actuar por el bien personal,
porque si la sociedad en la que uno vive ella prospera, todos
quienes viven en ella pueden disfrutar de lo que ella produce
porque esos productos representan el esfuerzo de todos. Y esto
ya está demostrado a través de la historia.
Si la sociedad está entronizada en el poder y dirige sus
administradores para el buen manejo de la cosa pública ella
puede disfrutar de esos avances que ella alcanza. Por eso la
autonomía de los municipios y los Estados es importante para que
se den estos resultados. Por lo general esto produce envidio en
personajes que gobiernan otros Estados por la imposibilidad de
ellos en manejar bajo la libertad y autonomía su gobierno.
Hay personajes en la sociedad que toman la iniciativa de
organizarse como autonomías regionales y establecer rutas de
manejo y
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administración de la cosa pública y así alcanzar
el bienestar que todos desean y desean vivir.
Nunca serán los políticos o líderes quienes van a conducir a la
sociedad por el buen camino, ellos solo piensan en el bienestar
personal y el de su partido.
QUÉ
LEE GARDEAZÁBAL

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
El Carnaval de Santa Marta
De Edgar Rey Sinning
Editado por la Universidad Simón Bolivar
Audio:
https://youtu.be/c9ip8ByqfDY
Los colombianos siempre habíamos creído que el
Carnaval de Barranquilla era el fundador y propietario de los
eventos carnestoléndicos en la Costa Caribe.
La Universidad Simón Bolívar ha patrocinado la edición del libro
“Historia del Carnaval de Santa Marta, fugaz esplendor de una
fiesta aristocrática y popular”, que ha asombrado mi ignorancia
sobre tales eventos.
En un estilo decimonónico de acercarse al tema de los festejos
pueblerinos desde las épocas de Bastidas, el fundador de Santa
Marta, hasta su declive total después de 1980, el profesor Rey
Sinning logra presentar la verdadera faceta de una herencia
española que fue capaz de combinarse con los festejos indígenas
de las distintas tribus que habitaban los alrededores de la
Sierra Nevada.
Como tal, sorprende. Y lo consigue porque desde las referencias
de Frai Pedro Simón, el padre de nuestra historia, hasta las
anotaciones de cómo se va convirtiendo en la Fiesta del Mar,
conque terminaron reemplazando el Carnaval de Santa Marta, todas
y cada una están llenas de documentación bibliotecaria,
periodística y, en especial, de confrontaciones válidas con
eventos paralelos.
Los carnavales samarios, que comienzan como una fiesta a San
Agatón, se registran desde 1678. El papa Gregorio 16 los
prohibió en 1834 porque incitaban a la desnudez.
Cartagena nunca los dejó hacer y la joven Barranquilla de
principios del siglo XX los va adoptando y convirtiendo en mito
nacional desde finales de la década del 50 del siglo pasado,
cuándo Santa Marta va dejando morir los suyos.
Algo les pasó a los samarios para cansarse de organizar cada año
esas carnestoléndicas. Siempre hubo junta organizadora y se
nombró reina del carnaval. Hasta la hermana del inolvidable
Nacho Vives fue reina en 1957 y nuestro cordial Rafael Araujo
Gámez hizo parte de la Junta en 1965.
Pero cualquiera que haya sido la razón, este libro es un
compendio de detalles y elementos históricos valiosísimos sobre
unas fiestas casi generales que se celebraron en muchas ciudades
de la costa caribe, menos en Cartagena, donde los criollos
dediparados le tenían miedo al desborde de la negramenta y el
populacho.
El Porce, marzo 9 del 2025
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