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EDITORIAL
Sobre
alcohol y realidad
En tiempos de incertidumbre,
las personas buscan refugio en distintas formas de escape. Una
de ellas, ampliamente aceptada por la sociedad, es el consumo de
alcohol. Aunque se percibe como una práctica social normalizada,
pocas veces se reflexiona sobre los efectos de su consumo
excesivo y sus consecuencias a largo plazo.
A lo largo de los últimos años, ha habido un aumento sostenido
en el consumo de bebidas alcohólicas. Lo que en un principio
pudo haber sido una respuesta momentánea a situaciones de
crisis, como las alteraciones en la rutina diaria y el
incremento del estrés, ha terminado convirtiéndose en un hábito
arraigado en muchos sectores de la población. El consumo
ocasional se ha transformado en dependencia para algunos, sin
que siquiera lo noten.
El abuso del alcohol no
distingue género, edad ni nivel socioeconómico. Sin embargo,
algunos sectores han mostrado una mayor propensión al consumo
excesivo, lo que evidencia la necesidad de analizar sus causas
desde un punto de vista estructural y no únicamente individual.
La presión social, la necesidad de encajar en determinados
círculos y la falta de alternativas saludables para lidiar con
el estrés son factores que contribuyen a esta problemática.
Los efectos negativos del
alcohol en la salud son innegables. Enfermedades hepáticas,
daños en el sistema cardiovascular, trastornos neurológicos y un
aumento en el riesgo de desarrollar diversas formas de cáncer
son solo algunas de las consecuencias asociadas con su consumo
excesivo. Además, los problemas derivados del abuso del alcohol
trascienden lo individual y afectan a toda la sociedad. Desde
los accidentes de tránsito hasta el deterioro de las relaciones
interpersonales, sus efectos son profundos y muchas veces
irreversibles.
Es fundamental replantear la relación con el alcohol y generar
espacios de concienciación sobre sus riesgos. No se trata de
condenar su consumo en términos absolutos, sino de promover
hábitos responsables y brindar herramientas para que las
personas puedan gestionar el estrés y la ansiedad sin recurrir a
sustancias nocivas. El bienestar emocional y físico no debería
depender de una copa en la mano, sino de un enfoque integral que
valore la salud y el equilibrio en la vida cotidiana.
El desafío es claro: reducir la dependencia silenciosa del
alcohol y fomentar una cultura de consumo consciente. La clave
está en la educación, el acceso a información veraz y el
fortalecimiento de redes de apoyo que ofrezcan alternativas
saludables para afrontar los desafíos de la vida moderna.
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Las filas, las colas y la
espera, es el sancocho de todos los días

Por: Zahur
Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Al mirar las grandes filas indias en bancos,
centros de salud, pago de pensiones y la fila del etc. lo dejan
a uno pensativo como si algo anda mal en un país que se supone
que lo tiene todo.
La tecnología ha traído agilidad a todas las cosas que nos
rodean, con múltiples beneficios. Pero en Colombia se usa más
bien para desacelerar la capacidad de producción de las
empresas. Pero en el fondo los que manejan la cosa pública y
privada no se han agilizado, sino que absorben más dinero por
menos calidad.
Lo interesante es que se percibe un desconocimiento social de lo
que ellos están pagando por estos malos servicios. No se trata
de protestar tirando piedras o con huelgas peligrosas. Sino
tomando el todo por los cuernos.
Hace unos años el Chase Bank y el City Bank en USA les dio por
cobrar $3 dólares por retirar dinero de sus cajeros a sus
clientes. Tres días después de haber impuesto ese cobró más de
medio millón de cuentas se cancelaron en estos bancos, creando
un desencaja bancario de millones de dólares y en aumento.
24 horas después los bancos cancelaron su iniciativa de cobrar
por usar los cajeros automáticos. Y todo regresó a la
normalidad.
Una sociedad que no se hace respetar de quienes administran los
bienes sociales, los bancos y todas esas empresas de alta
tecnología que hacen lobby y pagan para que los empleados
públicos les den todo tipo de ventajas en las negociaciones que
hacen con el pueblo olvidando que ellos fueron elegidos por lo
que ellos estrangulan lentamente.
El país jamás va a salir del atolladero en el que se encuentra,
aunque salga cualquier candidato a prometer que tiene la bola
mágica que lo guiara a llevar a la nación por el sendero de los
sueños imposibles.
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LA CRUELDAD SE IMPONE
Crónica #1078

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Audio:
https://youtu.be/LfQudZkpXZ0
El mundo, aquí y allá, está acelerando hacia la
estupidez. Por toda parte se ven ejemplos del uso desmedido de
la crueldad.
En Caucasia dos de los ejércitos de traquetos que se han ido
tomando a Colombia, los de Clan y los Carrapos, prefieren
enfrentarse a muerte sembrando la crueldad y dejando a un lado
la posibilidad del diálogo que brindan el ser coincidentes en la
insurgencia y el negocio de la droga.
En Europa, donde parecen haber olvidado la crueldad a que fueron
sometidos cuando las primeras y segundas guerras mundiales del
siglo XX, han resuelto ahora, de miedo a que el emperador Trump
no les apoye más militarmente, armarse hasta los dientes dizque
para defenderse por medio de la crueldad de la guerra del
presunto ataque enemigo.
En Medellín, la ciudad que gobierna el moralista Fico, mataron
dentro de su casa familiar al personero de Entrerios que había
llegado esa tarde de un congreso de personeros en Santa Marta.
La crueldad fue máxima y la sevicia absoluta: le pegaron 55
puñaladas con los cuchillos de la cocina.
En Yemen, país azotado por la guerra desde hace años, y desde
donde atacan con cauchera a los buques que navegan en el Golfo
Pérsico, los Estados Unidos bombardean cruelmente un barrio
residencial matando miserablemente a más de 50 personas,
incluyendo mujeres y niños, dizque sospechosas de ser
funcionarios del régimen haití.
En la masacrada Gaza, luego de una semana de Israel tenerlos
cruelmente sin luz eléctrica, para dizque presionarlos a
devolver rehenes, también cruelmente secuestrados, esta
madrugada se reiniciaron las hostilidades y amanecimos otras vez
con centenares de muertos.
En la convulsa zona de El Plateado, cuenta Salud Hernández en la
revista Semana, los traquetos de la Patiño usando la crueldad de
las bombas estallaron par de ellas para volar por los aires un
camión con soldados arrumados estúpidamente en el volco del
vehículo.
Es la crueldad aquí y allá. Y nos estamos acostumbrando a ella.
El Porce, marzo 19 del 2025
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