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EDITORIAL
Demodescolonocracia
Nosotros ante los otros y, el
yo con los diferentes y distintos en la convivencia comunitaria,
constituyen el tejido individual y social de las micro
localidades de los vecinos urbanos y rurales en el que trascurre
el tiempo. Es en ese espacio donde suceden las consultas para la
toma de decisiones respecto a los acontecimientos cotidianos en
las que cada quien participa para satisfacer sus necesidades de
manera autónoma con apoyo de su comunidad y para recíprocamente
promover la satisfacción de las necesidades de los miembros de
su comunidad.
La horizontalidad y la prevalencia del interés general en la
universalidad de los derechos fundamentales para el
establecimiento de las relaciones sociales de producción que
aseguren la justicia social y ambiental desde la institución de
la ciudad-estado y su evolución al Estado-Nación, han estado
acompañadas por revoluciones fratricidas animadas por
intelectuales de las clases medias ilustradas por las teorías
materialistas e idealistas de la historia, revolucionarios
materialistas provenientes de la concepción comunista y
liberales idealistas de las teorías económicas del libre mercado.
Los Estados-Nación en los que ha triunfado el comunismo con la
idea del centralismo democrático, la democracia revolucionaria
que orienta las políticas públicas del gobierno a nombre de la
clase obrera y en representación del pueblo multiétnico y
pluricultural a cargo de un partido único que orienta el
gobierno haciendo énfasis en los aspectos sociales, terminan en
regímenes autoritarios.
Los Estado-Nación en los que ha triunfado la revolución de la
democracia liberal en cabeza de la clase burguesa conservadora
agrupada en organizaciones políticas bipartidistas que hacen
énfasis en lo económico, privilegiando el beneficio privado del
libre mercado, han terminado en el oligopolio mercantil en manos
de plutócratas codiciosos que imponen inequitativos regímenes
corruptos y criminales.
Para la libertad de las multitudes ciudadanas la democracia es
un concepto político de carácter manifiestamente violento al que
la diversidad étnica y cultural ha tenido que enfrentar, por que
la democracia es el lenguaje político del opresor que a nombre
de las vanguardias intelectuales revolucionarias y liberales ha
impuesto las decisiones de las políticas públicas en detrimento
de los activos patrimoniales pertenecientes a la naturaleza y la
construcción de sociedades inequitativas autoritarias que usan
el monopolio de las armas en manos del Estado contra el pueblo.
Así que el pueblo unido en cada localidad le corresponde
participar en la toma de decisiones respecto de los asuntos
privados y públicos de la comunidad a la que pertenece, para
definir los acuerdos de comportamiento y de vecindad acordes con
el buen vivir en paz, produciendo su propia alimentación,
reproduciendo su cultura sobre un suelo fértil en el que el
trabajo contribuya a embellecer el espacio natural,
incrementando la presencia de la biodiversidad y garantizando la
pureza del agua y el aire.
La humanidad planetaria tiene que aprender a descolonizar los
procedimientos constituidos por la democracia colonial
revolucionaria o liberal frente a la que han resistido las
comunidades locales organizadas o desorganizadas pertenecientes
a las naciones originarias, a los descendientes del holocausto
transatlántico de la diáspora de naciones africanas que fueron
sometidas a la esclavitud, a el pueblo ROM gitano segregado y a
los campesinos y obreros pertenecientes al estado llano.
El pueblo tiene que saber que para que la cosa pública funcione
debe de estar asociado a organizaciones en las que las
decisiones locales se toman por consenso y en beneficio del
interés general y con amor por las personas y el territorio.
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El poder de la desigualdad en
la sociedad moderna

Por: Zahur
Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Nunca ha habido una sociedad que se precie de
igualitaria, libre y organizada, han sido sociedades jerárquicas
que siempre han manipulado al ser humano como algo que les
pertenece. Como un objeto, como una cosa. Solo ellos, los
jerarcas, son los dueños de la vida y la existencia de los
individuos que gravitan en su órbita. Esto les ha permitido
gobernar a su libre albedrío hasta el presente.
El pueblo no entiende el por qué al igual de aquellos que se
precian de cultos e informados. Sus vidas dependen de quien está
empoderado y él establece el destino de esa humanidad que vive a
su alrededor.
Ser independiente y autónomo bajo estas circunstancias es casi
imposible porque quien ejerce el poder tiene a su alrededor un
ejército de esbirros que no poseen conciencia sobre su identidad
y viven como perros de brega a merced del gobernante.
Los que posiblemente tienen la capacidad de actuar y formarse
como sociedad independiente bajo reglas y leyes que les permitan
vivir en armonía no saben cómo organizarse para alcanzar ese
estatus de respeto frente a los enemigos de la autonomía.
Manipular a un ser humano que carece de evolución genética y que
está en la escala primaria con relación a la evolución en la que
va la humanidad, no es nada difícil. El miedo y las acciones
violentas son las herramientas de amaestramiento que usan
quienes buscan entronizarse en el poder y perpetuarse en él.
Estamos en una era donde la tecnología y el conocimiento
gravitan a nuestro alrededor y no permite entender la naturaleza
de las cosas y de quienes pretenden arrebatar los derechos de la
libertad y la autonomía del ser humano.
El problema radica en que existe una gran mayoría de seres
humanos incapaces de ser libres y autónomos y necesitan ser
acaudillados por personajes que ofrecen bienestar y estabilidad
en un mundo imaginario donde al final son ellos los que
sostienen al gobernante con sus diezmos.
Ser organizado y emparejarse con otros que tienen
el mismo entendimiento y objetivos, hace que se establezca una
sociedad con autonomía e independencia alejando del espacio
social a estos jerarcas que manipulan a otros que ven en ellos
una salida fácil de sus necesidades.
La sociedad no tiene conciencia individual ni de
grupo si vive dependiendo del presupuesto que da el
establecimiento, ese presupuesto se origina de los impuestos que
ello recoge y reparten una mínima parte para cubrir las
necesidades básicas de esa sociedad que los ha elegido. Por eso
se apresuran a gastarlo y no generar un superávit como lo haría
una sociedad autónoma e independiente.
Frente a estos hechos nada se puede hacer, cuando una sociedad
esta entrenada y manipulada para que actúe bajo esos
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parámetros. El centralismo es parte de esas
jerarquías existentes que impiden el sano crecimiento de una
sociedad. El poder no debe de estar centrado en un individuo o
grupo, El poder debe ser una energía que abarca a toda una
sociedad para moverse bajo sus intereses individuales
intercambiando lo que ella produce.
QUÉ LEE GARDEAZÁBAL

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Los colombianos somos así
De Eduardo Lora
Editado por Debate
Audio:
https://youtu.be/K-DisGjYUwg
Este libro del profesor Lora es un texto
magistral pese a que en más de una oportunidad pierde la
objetividad y deja conocer sus prejuicios.
Pero el trabajo de escanografiar el perfil del colombiano a
través de la conjunción de las estadísticas logradas de unas
encuestas es tan avasallador que permite olvidarse de esas
subjetividades para satisfacernos encontrando los elementos
distintivos de lo que somos.
Como tal nos topamos con verdades de puño. Somos religiosos y
creyentes pero cada vez menos católicos. El trabajo no nos
satisface.
Estigmatizamos a las minorías. Despreciamos a los campesinos. La
educación nos permite ascender pero no triunfar. La gran mayoría
de los mayores de 65 no usan internet. Y así, graneadito, una
serie de raciocinios sobre los elementos y conductas que nos
caracterizan para sacar conclusiones quizás dolorosas pero
demasiado razonables.
Decir que hemos dejado de tener hijos en los hogares que antaño
fueron numerosos y los hemos cambiado en buena parte por
mascotas, no es exageración. Afirmar que dentro de una década
los que hoy tienen 60 años no tendrán quien los cuide es tan
cruel y verdadero como saber que en las encuestas muchos de los
ciudadanos gay prefieren negar su comportamiento sexual, como es
igual la verificación de que los campesinos que han tenido que
llegar a la ciudad son tan mal pagados como minimizados en el
trato despectivo.
Es un libro ambicioso pero que satisface por
donde se le mire así sus conclusiones sean tomadas de encuestas
del Dane y de otros organismos que no permiten describir la
amplitud de las muestras realizadas.
Es tan determinante al obtener las conclusiones
que obliga hasta al más suspicaz de los lectores a aceptar que
las tendencias encontradas en esos cuestionarios de hogares ni
son inventadas ni están lejanas del perfil que verdaderamente
tenemos.
Abundan otros términos y muchas comparaciones con países
semejantes o más dominantes. A todos los pone fríamente en su
sitio hasta ensamblar lo que en el fondo sabemos que somos pero
no resulta fácil para muchos admitirlo.
Quizás allí, en ese manejo de percepción reside lo magistral del
enfoque.
El Porce, marzo 23 del 2025
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