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Guillermo Navarrete, Ricardo Castellanos, Iván Pulido,
Álvaro Ramírez González, Otoniel Parra
Arias, Rubén Darío Varela Hurtado.

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docena de kilómetros, la historia es la misma: dos bandas
criminales en guerra por el control del tráfico de drogas, sin
importar el costo en vidas humanas. Entre los vecinos, el temor
sigue creciendo, mientras se preguntan cuánto más durará esta
violencia antes de que las autoridades logren recuperar el
control.
Bogotanos
convocan cacerolazo para exigir soluciones al racionamiento de
agua

Bogotá está a punto de cumplir un año bajo el esquema de
racionamiento de agua, una medida que se ha convertido en parte
de la rutina de miles de ciudadanos. Sin embargo, la
incertidumbre sobre cuándo terminará esta situación ha llevado a
que la oposición en el Concejo de Bogotá convoque a un
cacerolazo para manifestar su inconformidad y exigir soluciones
concretas.
El concejal José Cuesta Novoa, del Pacto Histórico, es quien
lidera la convocatoria. El evento se llevará a cabo el 11 de
abril a las 11:00 a. m. en la Plaza de Bolívar, y se espera la
participación de cientos de personas. La invitación incluye
llevar cacerolas, baldes y totumas como símbolos del problema
que enfrentan los bogotanos desde hace un año.
"El acceso al agua es un derecho fundamental, y Bogotá no puede
seguir enfrentando esta crisis sin soluciones claras y
efectivas. La ciudadanía exige respuestas y acciones concretas
por parte de la administración distrital", manifestó Cuesta,
quien además impulsa la iniciativa #LaConstituyentePorElAguaYa,
que busca abrir un debate ciudadano sobre el ordenamiento
ambiental de la Sabana de Bogotá.
Tensión entre la EAAB y la CAR
La situación se torna aún más compleja debido a las recientes
diferencias entre la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
Bogotá (EAAB) y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca
(CAR). Esta última recomendó levantar el racionamiento tras
autorizar un aumento de 9,5 m³ de agua adicionales durante cinco
meses, lo que permitiría mejorar el abastecimiento en la capital
y municipios cercanos.
No obstante, la EAAB expresó su preocupación por la decisión de
la CAR, argumentando que el incremento autorizado es
insuficiente. "La nueva resolución solo alcanza un aumento de
menos del 10 % de lo requerido, lo que nos deja con serias dudas
sobre su efectividad", señaló la empresa en un comunicado.
Polémica por
declaraciones sobre el posible fin del racionamiento de agua en
Bogotá

Las declaraciones del director de la Corporación Autónoma
Regional (CAR), Alfred Ballesteros, sobre un posible
levantamiento del racionamiento de agua en Bogotá han generado
una fuerte respuesta por parte de la Empresa de Acueducto y
Alcantarillado de Bogotá (EAAB). La compañía calificó la
afirmación como "improvisada" y aclaró que, aunque se ha
autorizado una mayor captación de agua del río Bogotá, esto no
es suficiente para garantizar la suspensión inmediata de los
cortes.
La discusión se originó tras la expedición de la resolución 760
del 31 de marzo, que permite aumentar la captación de agua en
1,56 metros cúbicos por segundo durante los meses de abril,
mayo, julio, agosto y noviembre. Según Ballesteros, esta medida
podría permitirle al Distrito suspender el racionamiento casi de
inmediato. Sin embargo, el Acueducto refutó esa aseveración y
advirtió que el beneficio real de la resolución no se ajusta a
las necesidades actuales de consumo en la ciudad.
La EAAB explicó que el permiso otorgado por la CAR sustrajo la
autorización previa de captar 2 metros cúbicos por segundo
durante diciembre, enero y febrero, lo que en la práctica no
representa un aumento significativo en la disponibilidad de
agua. Mientras que la solicitud original de la
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empresa esperaba un aporte
adicional de 49 millones de metros cúbicos anuales, la
resolución solo permitiría un incremento de 4,66 millones de
metros cúbicos, menos del 10 % de lo requerido.
Las declaraciones de
Ballesteros también generaron sorpresa debido a las condiciones
actuales de los embalses del sistema Chingaza, que continúan en
niveles bajos, aunque se espera una mejora con la temporada de
lluvias en la Orinoquía. No obstante, la EAAB subrayó que
cualquier decisión sobre el racionamiento debe basarse en un
análisis técnico detallado y no en anuncios apresurados.
Para garantizar el abastecimiento a largo plazo, la EAAB ha
invertido más de 400.000 millones de pesos en la modernización
de la planta de tratamiento de agua potable Tibitoc, que ahora
opera con todos sus siete trenes de tratamiento activos. Esta
planta es clave, ya que abastece aproximadamente el 50 % de la
demanda de Bogotá y municipios vecinos. A pesar de estas
mejoras, la empresa insiste en que el racionamiento sigue siendo
necesario hasta que los embalses alcancen niveles seguros.
Desde abril de 2024, la capital ha estado bajo un esquema de
racionamiento debido a la reducción de lluvias y los bajos
niveles de los embalses. Inicialmente, los cortes se realizaban
por turnos diarios en nueve zonas, pero en septiembre se
ampliaron a día de por medio. En enero de 2025, se retomó la
modalidad de cortes diarios. La situación sigue siendo crítica
y, según la EAAB, cualquier decisión sobre la suspensión del
racionamiento debe tomarse con base en evaluaciones rigurosas y
no en expectativas optimistas.
Líder indígena
denuncia infiltrados y falta de diálogo en protestas en Bogotá

Las recientes manifestaciones de comunidades indígenas en el
centro de Bogotá han generado una fuerte controversia, luego de
que Edwin Rivera, consejero mayor de las comunidades indígenas
del Nariño, denunciara la falta de diálogo con el Gobierno
Nacional y la presunta infiltración de encapuchados en las
protestas. Según Rivera, estos individuos serían los
responsables de los actos vandálicos que se registraron en la
ciudad, afectando buses de TransMilenio y el SITP.
Rivera aseguró que, a pesar de las declaraciones del Ministerio
del Interior sobre la existencia de mesas de diálogo, no se ha
dado ninguna negociación formal con las comunidades indígenas.
“Nos encontramos aquí esperando que se siente una mesa de
diálogo, la cual no se ha dado. Por eso tomamos la decisión de
hacer una protesta pacífica”, afirmó.
El líder indígena criticó lo que considera una falta de voluntad
del Estado para atender sus reclamos, y afirmó que la única
respuesta que han recibido ha sido la represión. En este
contexto, Rivera advirtió sobre la presencia de infiltrados que
habrían atacado a la Policía y generado disturbios.
Por su parte, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán,
afirmó que desde el Distrito se han brindado todas las garantías
para que la protesta se lleve a cabo de manera pacífica. Sin
embargo, denunció que en la madrugada del jueves un grupo de
manifestantes bloqueó las vías en la carrera 10 con calle 10,
afectando la movilidad y generando actos violentos contra los
gestores de convivencia. “Desde esa hora, el equipo de gestores
del Distrito hizo presencia en la zona y fue objeto de acciones
violentas”, señaló Galán.
Los bloqueos provocaron la suspensión del servicio en cinco
estaciones de TransMilenio, afectando a más de 11.000 pasajeros.
Reportes preliminares indican que varios buses fueron
vandalizados, con llantas pinchadas, vidrios rotos y grafitis en
su exterior. Ante la situación, la Policía intervino para
restablecer el orden y la movilidad en la zona.
A raíz de estos hechos, el Ministerio del Interior anunció la
suspensión temporal de los diálogos con las comunidades
indígenas asentadas en Bogotá. Actualmente, cerca de 1.800
indígenas provenientes de Cauca y Nariño permanecen en la
capital exigiendo el cumplimiento de acuerdos previos con el
Gobierno Nacional. Su principal demanda es la instalación de una
mesa de diálogo directa con el presidente Gustavo Petro.
La tensión en la ciudad sigue latente mientras las comunidades
indígenas esperan una respuesta concreta del Gobierno. En tanto,
las autoridades distritales han reiterado su disposición a
garantizar el derecho a la protesta, pero han advertido que no
permitirán actos de violencia ni afectaciones al transporte
público.
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Atentado con granada en Fontibón: Un
barrio atrapado en la violencia

El barrio
Alameda, en Fontibón, vivió una mañana de terror cuando una granada de
fragmentación estalló en plena vía pública, dejando siete personas
heridas. Para los vecinos, este atentado no fue una sorpresa. Desde hace
meses han sido testigos de una escalada de violencia que incluye
homicidios y balaceras a plena luz del día. Temen que lo peor aún esté
por venir y que en cualquier momento puedan quedar en medio del fuego
cruzado.
A pesar
de la presencia policial, el crimen sigue imponiéndose. La Policía
Metropolitana de Bogotá aseguró que ya inició las investigaciones para
dar con los responsables, pero la comunidad se muestra escéptica. “Esta
vez fueron siete heridos leves, pero la próxima puede ser peor”,
comentan con angustia algunos residentes. En el barrio, muchos cerraron
ventanas y cortinas tras la explosión, intentando protegerse de una
guerra entre bandas criminales que se libra a pocos metros de sus
hogares.
El atentado ocurrió a tan solo 20 metros de un CAI móvil que había sido
instalado por las autoridades para controlar la situación, lo que
refuerza la sensación de desprotección entre los habitantes. La
comunidad denuncia que, aunque la policía patrulla la zona, la
delincuencia sigue operando sin mayores obstáculos. Un vecino, que ha
seguido de cerca los hechos violentos, señala que el barrio está bajo el
dominio de una banda llamada ‘Los Paisas’, que tomó el control del
microtráfico en Puente Grande y ahora busca expandirse hacia Alameda.
Esta expansión los ha llevado a un enfrentamiento con otro grupo
criminal proveniente de Mosquera, Cundinamarca, que también quiere el
control de la zona.
Lo sucedido esta semana es solo una muestra de la creciente inseguridad
en el sector. Un día antes del atentado, un hombre fue asesinado en un
barrio cercano, en lo que parece otro ajuste de cuentas relacionado con
el tráfico de drogas. Además, el lunes hubo una balacera a plena luz del
día a pocas cuadras del lugar de la explosión. La comunidad recuerda que
no es la primera vez que ocurre algo así: en septiembre del año pasado,
un bicitaxista fue asesinado justo en el mismo sitio donde detonó la
granada.
El brigadier general Giovanni Cristancho Zambrano, comandante de la
Policía Metropolitana, visitó la zona y reconoció la disputa entre
organizaciones criminales por el control de las rutas del narcotráfico.
Admitió que el modus operandi de estas bandas se ha vuelto más agresivo
y menos selectivo, lo que representa un peligro aún mayor para los
ciudadanos. “Puede haber lesiones o daño colateral a personas que no
tienen nada que ver”, advirtió.
La preocupación no es solo de Fontibón. En San Bernardo, en el centro de
Bogotá, se han registrado en los últimos meses cinco ataques con
granadas, dejando cinco muertos y más de 20 heridos. Aunque los dos
barrios están separados por más de una
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