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Ecuador en
alerta máxima por presunto plan de atentado contra Daniel Noboa

El gobierno de Ecuador se encuentra en estado de
máxima alerta tras una advertencia del Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas sobre un supuesto plan para atentar contra el
presidente Daniel Noboa. La amenaza, confirmada por los
ministerios del Interior y de Gobierno, habría sido detectada
por los servicios de inteligencia militar poco después de las
elecciones del pasado 13 de abril, en las que Noboa fue
reelegido para un periodo de cuatro años.
Según el reporte, organizaciones criminales
estarían planificando el ingreso de sicarios desde México y
otros países para ejecutar atentados dirigidos no solo contra el
mandatario, sino también contra miembros de su gabinete y
estructuras del Estado. La alerta incluye posibles ataques a
infraestructuras clave como puentes, bancos y entidades
públicas, así como el impulso de manifestaciones violentas para
generar caos social.
En un comunicado difundido la medianoche del viernes, el
Ministerio de Gobierno denunció que los intentos de
desestabilización provendrían de una “alianza entre estructuras
criminales y sectores políticos derrotados en las urnas”. Aunque
no se señalaron nombres directamente, el mensaje alude a la
oposición que ha cuestionado sin pruebas los resultados del
balotaje, en el que Noboa venció con el 55,63 % de los votos
frente a Luisa González, candidata del correísmo.
El Gobierno ha reforzado los protocolos de seguridad,
movilizando a las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y los
organismos de inteligencia para prevenir cualquier amenaza. La
situación se agrava en un contexto de tensiones diplomáticas con
México, país al que Ecuador acusó de proteger a prófugos de la
justicia y con el que rompió relaciones.
Mientras tanto, el Consejo Nacional Electoral, junto con
misiones internacionales de observación como la OEA y la Unión
Europea, ha reafirmado la transparencia del proceso electoral.
Gobiernos de distintas regiones han felicitado a Noboa por su
victoria, pero dentro del país persiste la incertidumbre.
“El Estado está preparado para responder con firmeza”, aseguró
el Gobierno, dejando claro que no tolerará intentos de sabotaje
a la democracia.
Tensiones
entre J.D. Vance y la Santa Sede por migración y justicia social

En un ambiente de cordialidad diplomática, pero
marcado por evidentes tensiones ideológicas, el vicepresidente
de Estados Unidos, J.D. Vance, se reunió el sábado con altos
representantes del Vaticano, en un encuentro que dejó entrever
las discrepancias entre la administración estadounidense y la
Santa Sede en temas clave como la migración, los conflictos
bélicos actuales y los derechos de los reclusos.
Vance, quien se convirtió al catolicismo en 2019 y se ha
identificado con una corriente conservadora dentro de la
Iglesia, sostuvo una reunión con el secretario de Estado
vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y el ministro de
Exteriores, monseñor Paul Gallagher. El Vaticano, fiel a su
estilo diplomático, calificó la conversación como un
“intercambio de opiniones”, aunque dejó claro que algunos temas
sensibles fueron tratados con especial atención.
Entre los puntos centrales de la reunión se
destacó la preocupación de la Santa Sede por la situación de los
migrantes y refugiados, una constante en el pontificado del Papa
Francisco. Aunque no se confirmó
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si Vance logró encontrarse con el
Pontífice, convaleciente de una neumonía reciente, su presencia en Roma
no pasó desapercibida. De hecho, asistió a la misa del Viernes Santo en
la Basílica de San Pedro y realizó una visita privada a la Capilla
Sixtina junto a su familia.
El comunicado del Vaticano subrayó el deseo de continuar una
colaboración serena con la Iglesia católica estadounidense, haciendo
alusión, quizás velada, a las recientes críticas de Vance hacia la
Conferencia Episcopal de Estados Unidos. El vicepresidente había acusado
a los obispos de colaborar en el reasentamiento de “inmigrantes
ilegales” a cambio de fondos federales, una afirmación rechazada con
firmeza por varios prelados.
La reunión también sirvió como espacio para hablar sobre los conflictos
armados en curso, especialmente en Ucrania y Gaza. El cardenal Parolin
reiteró el respaldo del Vaticano a la integridad territorial de Ucrania
y su convicción de que la paz debe construirse con diálogo y respeto
mutuo, sin imposiciones externas.
Francisco, quien ha hecho de la defensa de los migrantes y los presos
una causa central de su papado, ha mantenido posturas que chocan con la
línea dura que promueve Vance y el ala conservadora del gobierno
estadounidense. La pena de muerte, por ejemplo, fue tema de fricción,
pues el Papa ha declarado su oposición total a esta práctica,
calificándola de inmoral.
Vance, por su parte, argumenta su visión desde la teología católica
medieval, invocando el concepto de ordo amoris, según el cual se debe
priorizar el cuidado de los propios antes que el de los demás. El Papa
respondió a esta interpretación en una carta pastoral, donde sostuvo que
el verdadero amor cristiano no traza fronteras jerárquicas, sino que se
basa en la fraternidad universal.
Aunque Vance se presentó como un “católico novato” dispuesto a aprender,
las diferencias entre su visión conservadora y el mensaje social del
Papa Francisco y la Santa Sede siguen siendo palpables. Esta última, sin
romper el tono diplomático, dejó claro que en tiempos de crisis global,
la voz de la iglesia continúa apostando por la justicia, la compasión y
la dignidad humana, sin excepciones.
EE.UU. e Irán retoman
negociaciones nucleares en medio de tensiones crecientes
Las delegaciones de Estados Unidos e Irán llevaron a cabo
una segunda ronda de negociaciones nucleares el sábado en Roma, luego de
una primera jornada calificada como “constructiva” celebrada en Omán. A
pesar de los gestos de apertura, el ambiente sigue marcado por la
desconfianza, las amenazas cruzadas y los intereses enfrentados de
actores clave como Israel.
Las conversaciones han sido impulsadas por una carta enviada por el
presidente Donald Trump al líder supremo iraní, Alí Jamenei, en la que
propone reabrir el diálogo para alcanzar un nuevo acuerdo. Sin embargo,
Trump no pretende regresar al pacto de 2015 —el Plan de Acción Integral
Conjunto—, sino avanzar hacia uno que, en sus palabras, sea “mucho más
sólido”. El acuerdo original había sido abandonado por su propia
administración en 2018, lo que reactivó el programa nuclear iraní.
Desde entonces, Irán ha alcanzado un nivel de enriquecimiento de uranio
del 60 %, cerca del umbral del 90 % necesario para uso militar, aunque
insiste en que su objetivo es exclusivamente civil. En respuesta a la
misiva de Trump, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, rechazó las
negociaciones directas, pero dejó abierta la puerta a conversaciones
indirectas, siempre y cuando se respete su derecho al desarrollo nuclear
pacífico.

Las contradicciones dentro del equipo estadounidense han
complicado el panorama. Steve Witkoff, enviado especial de EE.UU. en la
región, afirmó inicialmente que el enfoque estaría en la verificación
del programa nuclear iraní, sin exigir su desmantelamiento total. Pero
días después, rectificó en redes sociales, asegurando que Washington sí
pedirá a Irán eliminar completamente su capacidad nuclear. Esta
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postura fue respaldada por el
secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien instó a Teherán a rendirse
por completo en este aspecto.
Del otro lado, Irán ha respondido con
cautela y firmeza. El ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi,
dejó claro que el enriquecimiento de uranio no está en discusión.
Además, el portavoz Esmaeil Baqaei criticó las señales ambiguas de
Estados Unidos, calificándolas como “falta profesional” y un obstáculo
para la confianza mutua.
En paralelo, Israel se mantiene como
uno de los actores más críticos del programa nuclear iraní. El primer
ministro Benjamin Netanyahu reiteró esta semana que no permitirá que
Irán obtenga armas nucleares. Medios estadounidenses informaron que
Trump ha pedido a Israel posponer cualquier ataque contra instalaciones
iraníes, con el objetivo de dar una oportunidad al diálogo. Sin embargo,
la presión israelí no cesa y el Mossad ya se ha reunido con emisarios
estadounidenses en París para abordar el tema.
El equilibrio es delicado. Mientras
las potencias ensayan acercamientos diplomáticos, las amenazas de acción
militar siguen sobre la mesa, y las exigencias de ambos lados parecen
aún lejanas de converger. Se espera que la reunión en Roma haya sido
decisiva (pues al momento del cierre de esta edición no se conocen
detalles de dicha reunión) para saber si el diálogo podrá evolucionar
hacia un acuerdo tangible o si se reafirmará la distancia entre dos
gobiernos que desconfían profundamente uno del otro.
Putin declara tregua de
Pascua en Ucrania, pero los combates no cesan

En una sorpresiva movida cargada de simbolismo religioso
y político, el presidente ruso Vladimir Putin anunció el sábado un alto
al fuego unilateral en Ucrania con motivo de la Pascua ortodoxa. El cese
de hostilidades, que inició a las 18:00 horas locales y se extenderá
hasta la medianoche del lunes, fue presentado por el Kremlin como un
gesto humanitario.
“Esperamos que la parte ucraniana siga nuestro ejemplo”, declaró Putin
en un mensaje televisado, acompañado por el jefe del Estado Mayor,
Valeri Guerásimov. La decisión fue confirmada rápidamente por el
Ministerio de Defensa ruso, que advirtió, sin embargo, que sus tropas
permanecerán en alerta ante posibles provocaciones.
Pero desde Kyiv, la reacción fue, como era de esperarse, más que
escéptica. El presidente ucraniano Volodímir Zelensky cuestionó la
autenticidad del anuncio. “Los drones Shahed en nuestros cielos revelan
la verdadera actitud de Putin hacia la Pascua y la vida humana”,
escribió en X.
Horas después del anuncio, en el terreno poco parecía haber cambiado.
Las sirenas antiaéreas volvieron a sonar en varias ciudades ucranianas y
los bombardeos continuaban. “No hay tregua: en todas las direcciones, la
Federación Rusa sigue disparando, como antes”, denunció Andriy Kovalenko,
funcionario del Centro ucraniano para Contrarrestar la Desinformación.
A pesar de la desconfianza, Rusia informó un intercambio de prisioneros:
31 soldados ucranianos heridos fueron liberados a cambio de 15 rusos.
Zelensky celebró el regreso de sus compatriotas y agradeció a los
Emiratos Árabes Unidos por su mediación. Según el mandatario, ya son
4.552 los ucranianos liberados desde el inicio de la guerra.
La iniciativa de Putin se produce tras presiones de la Casa Blanca, en
un momento en que el presidente Donald Trump –figura clave en las
conversaciones de paz– amenazó con retirarse de las negociaciones si no
hay avances concretos.
Pero esta no es la primera vez que el Kremlin promete un alto al fuego
durante una festividad. En 2023, con motivo de la Navidad ortodoxa,
también se anunció una tregua que no fue respetada.
El escepticismo de Kyiv y de varios gobiernos occidentales parece tener
fundamentos. Como apuntó un ministro europeo: “Las sirenas sonaron
minutos después del anuncio. Eso dice mucho sobre la seriedad de la
propuesta”.
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