Bogotá, Colombia -Edición: 788

 Fecha: Miércoles 23-04-2025

 

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TECNOLOGÍA-CIENCIA

 

 

 

EE.UU. apuesta por una nueva inteligencia artificial para intensificar la vigilancia migratoria

 

 

 

 

masiva con escasa supervisión judicial. Las preocupaciones no son menores: en 2016, una evaluación de privacidad del gobierno ya advertía sobre los riesgos asociados a la recopilación intensiva de datos biométricos y biográficos por parte de estas plataformas.

 

Por su parte, ICE insiste en que la herramienta es clave para cumplir con su misión de seguridad nacional, especialmente en lo referente a la persecución de pandillas como MS-13 y Tren de Aragua. Asegura que sin ImmigrationOS, su capacidad para ejecutar las órdenes presidenciales y mantener el control migratorio se ve “gravemente limitada”.

 

Lo que aún no está claro es hasta qué punto este nuevo sistema respetará los derechos fundamentales de las personas afectadas. Ni Palantir ni ICE han respondido a las solicitudes de comentarios de diversos medios, y el documento publicado no detalla mecanismos de control externo o transparencia que acompañen el desarrollo y uso del software.

Este contrato se suma a una larga lista de ampliaciones presupuestales. El acuerdo actual se basa en otro firmado en 2022, originalmente por 17 millones de dólares, y ha sido modificado cinco veces desde entonces, con aumentos significativos en septiembre de 2023 y ahora en abril de 2025. En total, el valor acumulado del contrato supera ya los 60 millones de dólares.

 

 

Mientras tanto, el debate sobre la ética del uso de inteligencia artificial en procesos migratorios sigue escalando. La posibilidad de que algoritmos influyan en decisiones de vida o muerte, como la deportación o la permanencia en el país, plantea interrogantes sobre el futuro del sistema migratorio estadounidense. ¿Estamos frente a una evolución tecnológica al servicio del control migratorio, o ante una peligrosa cesión de derechos fundamentales a manos de sistemas automatizados?

Lo cierto es que, con ImmigrationOS, Estados Unidos se adentra en una nueva era de control migratorio guiado por algoritmos. Una era donde la frontera entre la eficiencia tecnológica y la vulneración de derechos humanos se vuelve cada vez más difusa. Y donde, más que nunca, será necesaria una vigilancia ciudadana firme para garantizar que la tecnología no se convierta en una herramienta de exclusión sistemática.

 

En un nuevo giro que entrelaza la tecnología con la política migratoria, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) ha firmado un contrato por 30 millones de dólares con la empresa tecnológica Palantir para el desarrollo de una herramienta de inteligencia artificial bautizada como ImmigrationOS. Este sistema promete ofrecer visibilidad casi en tiempo real sobre los inmigrantes que se autodeportan del país, así como optimizar la identificación y expulsión de personas con visados vencidos o antecedentes delictivos.

Aunque ICE y Palantir mantienen una relación desde 2011, este nuevo acuerdo marca un punto de inflexión. Según un documento oficial publicado el pasado 11 de abril en un registro federal, la nueva plataforma será una solución "completamente nueva", diseñada para dar respuesta a lo que el ICE considera una "necesidad urgente" de mejorar sus capacidades tecnológicas ante el endurecimiento de la política migratoria impulsada por la administración de Donald Trump.

 

 

El sistema ImmigrationOS tendrá tres funciones principales: la priorización de deportaciones, el seguimiento de autodeportaciones y la gestión integral del "ciclo de vida" de un inmigrante dentro de EE.UU. El objetivo es claro: hacer más eficaz la logística de expulsión y cumplir con la orden ejecutiva del presidente que exige acelerar los procesos de deportación.

El componente más polémico del contrato es la función de "Seguimiento de Auto-Deportación", la cual busca rastrear en tiempo casi real los casos de personas que, presionadas por la política migratoria o decisiones personales, deciden abandonar voluntariamente el país. Aún no está claro qué tipo de datos utilizará Palantir para alimentar esta herramienta, ni cómo se garantizarán los derechos de privacidad y el debido proceso. Tampoco se conoce el alcance real de la integración con otros sistemas federales, aunque el documento menciona una posible conexión con plataformas de priorización de aplicación de la ley.

La administración Trump, en su segundo mandato, ha intensificado las exigencias hacia ICE y otras agencias migratorias para incrementar significativamente las deportaciones. Como parte de estas medidas, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) revocó a finales de marzo la libertad condicional de más de 500,000 personas acogidas bajo los programas de libertad condicional CHNV, que daban cobijo temporal a migrantes de países como Cuba,

 

 

Haití, Nicaragua y Venezuela. Estas personas tienen ahora un mes para abandonar el país, y en algunos casos incluso han sido registradas como “muertas” por la Administración de Seguridad Social, una maniobra que deja a muchos sin acceso a servicios básicos ni la posibilidad de defender su estatus legal.

 

Además, el ICE ha intensificado las detenciones y deportaciones. En las últimas semanas, más de 230 personas fueron expulsadas hacia El Salvador y enviadas a una prisión de alta seguridad, en muchos casos sin haber podido hablar con un abogado. Este tipo de operativos se ha vuelto más frecuente, en un contexto donde el uso de la tecnología apunta a una vigilancia y ejecución migratoria más sistemática y rápida.

Palantir, una empresa conocida por su colaboración con agencias de seguridad como el Ejército, la Fuerza Aérea y el FBI, es un actor clave en el ecosistema tecnológico del gobierno estadounidense. Desde 2014 ha proporcionado al ICE un sistema de gestión de casos que permite buscar a personas en base a cientos de criterios, desde su estatus migratorio y país de origen, hasta características físicas como cicatrices o tatuajes, e incluso información de sus desplazamientos obtenida por lectores de matrículas.

Aunque este nivel de detalle ya generaba preocupaciones sobre vigilancia excesiva, ImmigrationOS llevaría esta capacidad a un nuevo nivel, consolidando en una única plataforma tanto la inteligencia migratoria como la toma de decisiones sobre deportación. Según el documento federal, Palantir es la única empresa capaz de entregar un prototipo funcional antes de septiembre de 2025, gracias a su "conocimiento institucional profundo" tras más de una década trabajando con ICE.

No obstante, la iniciativa ha encendido las alarmas entre organizaciones defensoras de los derechos humanos, abogados de inmigración y activistas, quienes ven en esta nueva herramienta una forma de vigilancia

 

 

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