Bogotá, Colombia -Edición: 765

 Fecha: Viernes 28-02-2025

 

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INTERNACIONAL

 

 

 

María Corina Machado respalda a Trump tras revocación de licencias petroleras

 

 

La líder opositora venezolana, María Corina Machado, respaldó la decisión del gobierno de Donald Trump de revocar los permisos que permitían a Chevron operar en Venezuela, asegurando que era una medida necesaria para presionar al chavismo.

En una entrevista con Donald Trump Jr., transmitida en la red social Rumble, Machado afirmó que la decisión “envió un claro mensaje de que Maduro está en grandes problemas y que el presidente Trump está con el pueblo venezolano”. Además, expresó su gratitud hacia el mandatario estadounidense por la revocación de la licencia, la cual, según ella, permitió que el Gobierno de Nicolás Maduro accediera a miles de millones de dólares destinados a “represión, persecución y corrupción”.

El levantamiento parcial del embargo petrolero por parte de la administración de Joe Biden en 2022 fue ampliamente criticado por sectores de la oposición venezolana, que argumentaban que la medida debilitaba la presión sobre Maduro. En ese sentido, Machado recordó que cuando las sanciones estaban en su punto más alto, el chavismo estaba dispuesto a negociar su salida. “Maduro sabía que estaba terminado, pero le dieron oxígeno y la oportunidad de recuperarse”, señaló.

Biden había flexibilizado las sanciones petroleras en un intento de mejorar las condiciones electorales en Venezuela y mitigar el impacto de la crisis energética global, agravada por la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, su gobierno volvió a imponer restricciones tras denunciar irregularidades en los comicios de 2024, aunque mantuvo la licencia de Chevron para evitar un alza en los precios del crudo en EE.UU.

La revocación de este permiso marca un nuevo capítulo en la política estadounidense hacia Venezuela, con Trump retomando una estrategia de presión máxima sobre el régimen de Maduro. Mientras tanto, la oposición venezolana sigue buscando caminos para lograr un cambio político en el país.

 

Ucrania y Estados Unidos firman un acuerdo clave sobre tierras raras

 

 

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, han alcanzado un acuerdo estratégico para la explotación conjunta de tierras raras y minerales críticos en territorio ucraniano. Este pacto, que en su versión original parecía una imposición de la administración estadounidense, terminó evolucionando hacia un documento que podría ser beneficioso para ambas partes. Además de su importancia económica, el acuerdo también tiene implicaciones en la seguridad y estabilidad de Ucrania en medio del conflicto con Rusia.

 

Un giro en las negociaciones

Inicialmente, el borrador del pacto estipulaba que Estados Unidos recibiría el 50 % de los ingresos de la explotación minera ucraniana sin ofrecer contrapartidas. Esta condición generó fuertes resistencias por parte de Zelenski, quien se negó a comprometer el futuro económico de su país sin obtener beneficios claros a cambio. "No firmaré lo que diez generaciones de ucranianos tendrán que pagar", declaró el mandatario ucraniano ante la presión de Trump.

 

Sin embargo, el acuerdo definitivo dio un giro significativo. En él se establece la creación de un Fondo de Inversión para la Reconstrucción de Ucrania, en el que ambos países participarán con una propiedad conjunta. Este cambio supone una mejora sustancial para Kiev, ya que implica un compromiso financiero a largo plazo por parte de Washington para contribuir al desarrollo económico del país europeo.

 

Seguridad y garantías implícitas

Uno de los aspectos más relevantes del
acuerdo es su impacto en la seguridad de

 

 

 

Ucrania. Aunque el documento no detalla explícitamente garantías militares, varios analistas coinciden en que la participación económica de Estados Unidos en el sector minero ucraniano podría actuar como un disuasivo para futuras agresiones de Rusia. En otras palabras, cualquier ataque a Ucrania afectaría directamente los intereses económicos de Washington, lo que podría traducirse en una respuesta más contundente de la Casa Blanca.

Trump, por su parte, ha mantenido su estilo característico a la hora de abordar el tema. En declaraciones desde el Despacho Oval, el mandatario estadounidense elogió a los soldados ucranianos y afirmó que el acuerdo les permitiría "seguir luchando". Aunque sus palabras fueron ambiguas, el trasfondo del pacto indica que EE.UU. seguirá vinculado de manera estrecha al futuro de Ucrania.

La rehabilitación de Zelenski ante Trump

Más allá del aspecto económico y de seguridad, el acuerdo también tiene un valor político importante para Zelenski. Hace apenas unos días, Trump se refirió al presidente ucraniano como "un dictador sin elecciones" debido a la cancelación de los comicios en Ucrania por la ley marcial. Sin embargo, la reunión entre ambos mandatarios y la firma del acuerdo parecen haber cambiado la percepción de la administración estadounidense.

La foto de Zelenski y Trump juntos en el Despacho Oval marca un antes y un después en la relación entre ambos países. Para el líder ucraniano, el pacto no solo representa una fuente de inversión clave, sino también la posibilidad de recuperar protagonismo en la diplomacia internacional. Mientras tanto, en Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha comenzado a modificar su discurso. En una reciente entrevista, reconoció por primera vez que la legislación ucraniana impide la realización de elecciones bajo la ley marcial, lo que podría interpretarse como un paso hacia eventuales negociaciones con Kiev.

 

Un futuro incierto, pero con oportunidades

Ucrania cuenta con aproximadamente el 5 % de los recursos mineros mundiales, aunque gran parte de estos yacimientos aún no han sido explotados debido a la falta de inversión y a la guerra en curso. Actualmente, el país es uno de los principales productores de manganeso, titanio y grafito, elementos esenciales para la fabricación de tecnologías avanzadas, incluyendo baterías y reactores nucleares. Además, se estima que en las regiones controladas por Kiev existen importantes reservas de litio, un mineral clave para la industria de los autos eléctricos.

 

Sin embargo, la explotación de estos recursos requiere inversiones millonarias. Según el gobierno ucraniano, solo para desarrollar el yacimiento de Novopoltavske, en la región de Zaporiyia, se necesitaría una inversión cercana a los 300 millones de dólares. Es aquí donde el acuerdo con Estados Unidos podría marcar la diferencia, proporcionando el respaldo financiero y tecnológico necesario para convertir a Ucrania en un actor relevante en el mercado global de minerales estratégicos.

A medida que avancen las negociaciones y se implementen los términos del pacto, el desafío para Kiev será garantizar que los beneficios se distribuyan de manera justa y que la presencia estadounidense no derive en una dependencia excesiva. Por ahora, lo que está claro es que la firma de este acuerdo no solo impacta en el desarrollo económico de Ucrania, sino que también podría redefinir el equilibrio de poder en la región.

 

Trump recorta drásticamente la ayuda exterior: USAID pierde el 92 % de su financiación

 

 

La política de austeridad impulsada por el gobierno de Donald Trump ha alcanzado un nuevo nivel con el recorte masivo de fondos destinados a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La decisión, anunciada por el secretario de Estado, Marco Rubio, elimina el 92 % del presupuesto de la agencia y deja a miles de programas en el extranjero sin financiamiento.

 

El argumento oficial esgrimido por la Casa Blanca es el ahorro de casi 60 mil millones de dólares para los contribuyentes estadounidenses. Sin embargo, detrás de esta medida también se encuentra la visión ideológica del gobierno de Trump, que ha puesto en la mira programas que promueven la diversidad, la equidad y la inclusión. Desde su regreso al poder, el

 

 

 

magnate ha priorizado el desmantelamiento de políticas consideradas como parte de una “agenda progresista”, una postura que se ha reflejado en el reciente decreto que congeló la ayuda exterior por 90 días para su revisión.

El golpe a la ayuda humanitaria

Las consecuencias de este recorte son devastadoras para cientos de organizaciones y países que dependen de los fondos de USAID. La agencia, que administra más de la mitad de la asistencia exterior estadounidense, ha desempeñado un papel clave en la entrega de ayuda humanitaria en más de 130 países. La suspensión de programas pone en riesgo el suministro de alimentos, medicamentos y tratamientos esenciales contra enfermedades como el VIH, la malaria y la tuberculosis.

Organizaciones afectadas por la medida han alzado su voz. InterAction, una coalición de más de 160 ONG, advirtió en un comunicado que la decisión “hará que mujeres y niños pasen hambre, la comida se pudra en almacenes y los recién nacidos contraigan VIH por falta de tratamientos preventivos”.

Pero el impacto no solo se siente en el extranjero. Dentro de EE.UU., USAID ha anunciado el despido de 1.600 empleados y ha puesto en licencia administrativa a cientos de trabajadores, lo que afecta el funcionamiento interno de la agencia.

Disputa judicial y bloqueo del Tribunal Supremo

El recorte ha desatado una batalla legal. Varias organizaciones que dependen de la financiación han demandado al gobierno, alegando que la suspensión de pagos es ilegal y viola las facultades del Congreso. En un primer fallo, un juez federal ordenó el descongelamiento inmediato de 2.000 millones de dólares en ayuda exterior. Sin embargo, la administración Trump logró un revés estratégico cuando el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, intervino y suspendió la orden judicial, aplazando cualquier decisión hasta nuevo aviso.

 

El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, ha solicitado que los demandantes respondan antes del día de hoy, viernes 28 de febrero, lo que mantiene en vilo a las organizaciones que dependen de los fondos. Algunas advierten que, si los pagos no se reanudan pronto, podrían cerrar en cuestión de días.

Con este nuevo giro en la política exterior estadounidense, la administración Trump sigue marcando distancia de los compromisos internacionales previos, priorizando una agenda de recortes que pone en jaque la estabilidad de programas humanitarios en todo el mundo.

 

Siria intenta reconstruirse: Incertidumbre ante la formación de un nuevo gobierno

 

 

Tras más de una década de conflicto, Siria se encuentra en una encrucijada. El país celebró un "Diálogo Nacional" con el objetivo de sentar las bases de un gobierno inclusivo que suceda al régimen de Bashar al-Assad, derrocado en diciembre de 2024. Sin embargo, la exclusión de actores clave ha generado dudas sobre la viabilidad de esta transición.

 

El presidente interino, Ahmed al-Sharaa, anunció que el 1 de marzo se instaurará un nuevo gobierno que represente la diversidad del país. Al-Sharaa, exlíder del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), aseguró que el diálogo incluyó a "todos los sectores y segmentos de la sociedad". No obstante, los kurdos, que controlan el noreste de Siria, denunciaron que fueron marginados del proceso, al igual que las minorías drusa y alauita.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), respaldadas por Estados Unidos, tampoco fueron invitadas, lo que refuerza la percepción de que el nuevo gobierno no será tan plural como se prometió. La ONU ha insistido en que cualquier solución para Siria debe incluir a todas las comunidades, sin excepciones.

El reto ahora es consolidar un gobierno legítimo que logre estabilidad tras 13 años de guerra. Pero, sin una representación real de las diversas facciones, la pregunta sigue en el aire: ¿será este el comienzo de una Siria unificada o el preludio de nuevas divisiones?

 

 

 

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