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Una moneda, dos caras

Por: Agustín Perozo Barinas
«Miremos un espejo; una cosa es
segura: lo que vemos no es lo que somos».
Richard Bach

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para mentir
o engañar. Si tienes alguna pregunta o necesitas ayuda con algo, estaré
encantado de asistirte de la manera más honesta y clara posible".
Entendemos que el ser humano ha desarrollado una tecnología que busca
replicar y superar la mente humana pero, curiosamente, no la ha dotado
con la capacidad, muy natural en los humanos, de mentir... ¿o de hecho
nos está mintiendo al decir que no miente? ¿O nos está aplicando lo que
escribió Jules Renard: «De vez en cuando di la verdad para que te crean
cuando mientes».
La Segunda Guerra Mundial nos enseñó en grado superlativo el poder de la
mentira. En la Guerra Fría la mentira estuvo presente con igual empuje.
Décadas después continuamos perfeccionándola con herramientas
tecnológicas de un alcance nunca visto. El "revisionismo interesado"
podría convertirse en otra cara sutil de la mentira: las cosas
acaecieron como las entienden los mentirosos, no como realmente
sucedieron. Estos reivindican como suya la frase: «La mentira más
peligrosa no es la que se dice, sino la que se cree».
Julio Rivera
Bazil comentó que "el dilema planteado por Epiménides, el cretense que
afirmó que 'todos los cretenses son mentirosos', es uno de esos enigmas
filosóficos que han fascinado a las mentes más brillantes de la
historia. ¿Decía la verdad o mentía? Si decía la verdad, entonces
mentía… y si mentía, entonces decía la verdad. Un ciclo interminable de
contradicción que ha resistido siglos de análisis y reflexión. Esta
paradoja no solo pone a prueba la consistencia del lenguaje, sino que
también abre un debate profundo sobre la naturaleza de la verdad y la
mentira".
Y continúa: "Quizá, como bien apunta Guadalupe Muñoz Álvarez, la
paradoja del mentiroso no sea solo un juego lógico, sino un espejo de
las contradicciones humanas, especialmente cuando se trata de analizar a
los dirigentes políticos. A veces, la verdad y la mentira se mezclan de
tal manera que resulta imposible distinguirlas y ahí radica el verdadero
enigma que aún hoy nos invita a reflexionar".
Mariano Grondona nos amplia el horizonte: La mentira es eficaz cuando no
es descubierta. La verdad "objetiva" alude a la conformidad entre un
objeto y el concepto que nos formamos de él. Si este es el caso,
emitimos un juicio "verdadero" acerca del objeto. Por otro lado, si una
persona dice lo que piensa, la llamamos "veraz". Aquí ya no estamos
hablando de una verdad "objetiva", como en el caso anterior, sino de una
verdad "subjetiva". Lo contrario de la verdad "objetiva" es el error. Lo
contrario de la verdad "subjetiva" es la mentira. Hay un abismo moral
entre ambos. Quien yerra, está buscando la verdad. Eventualmente,
llegará a ella. El error es un desvío no querido en el arduo camino del
conocimiento. Quien miente, no busca saber sino engañar. Cuando se
miente en busca de una ventaja, el engaño daña injustamente al engañado
al privarlo de una verdad que tenía el derecho de conocer. En política,
cuando lo habitual es que los dirigentes digan la verdad, se difunde en
la sociedad un clima de confianza. La confianza es la madre del consenso
político y de los contratos privados. En el caso opuesto, cuando la
mentira se difunde cunde un estado de sospecha en medio del cual la
sociedad zozobra.
En adición, un estudio de la Universidad de Southampton determinó que la
gran mayoría de las personas dice por lo menos una mentira al día.
Evidentemente muchas de estas mentiras son lo que podría llamarse un mal
necesario o una convención social. Las de peso pesado tienen
consecuencias devastadoras.
Debemos concluir sin dejar de citar a Luc de Clapiers: «Todos los
hombres nacen sinceros y mueren mentirosos». Muchos no han claudicado a
la mentira, pero algunos, sin embargo, la creen o la promueven con
desfachatez desde cualquier litoral imaginable: "Miente, miente, que
algo queda..."
Autor del libro sociopolítico La Tríada II en Librería Cuesta.
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Se abre
el telón:
En un espejo se ve la imagen de una manzana fresca, limpia y apetecible.
Pero el lado de la manzana que se proyecta en el espejo no muestra, como
es obvio, su lado reverso donde se observa que está podrida. «Una imagen
habla por mil palabras» y esta es un impecable ejemplo: el arte de la
simulación. Lo que está podrido muchas veces puede ocultarse con
malicia. Los humanos no somos muy inclinados a proyectar lo que somos, o
lo que queremos, realmente, y así empieza un rosario de dobleces.
A nuestros
relacionados, ya sean familiares, parejas, colegas, socios... casi nunca
terminamos de conocerlos por completo hasta que un evento decepcionante
nos sorprende. Con agrupaciones e instituciones es similar: partidos y
movimientos políticos, gobiernos o asociaciones, sectas religiosas,
grupos sindicales o empresariales, etc., también mienten según cada
interés en agenda si la mentira cumple algún propósito.
Por lo tanto, vivimos entre una orgía de mentiras. Un ejemplo
descabellado es la declaración de la Administración Trump de que
"tratará el cambio climático como lo que es: un fenómeno físico
colateral a la construcción del mundo moderno". Uriel Flores señala, y
aplicable a esa afirmación del trumpismo, que "no es lo mismo el
eufemismo que la mentira. El primero puede ser la forma suave y hasta
elegante de decir algo; la segunda es el cambio negativo del sentido de
las palabras". En el plano criollo tenemos la siguiente perla expresada
por el presidente actuante sobre la desbordada presencia de inmigrantes
haitianos indocumentados en el país, -¿un desliz o una burda mentira?-:
https://www.facebook.com/share/r/187zrGLnpe/ En las redes sociales
leemos, de autor desconocido: «Es absurdo que la mentira genere tantos
seguidores y la verdad tantos enemigos».
Los humanos,
transformadores para bien o para mal, según el caso, somos memoria y
lenguaje. La memoria es fija como son los recuerdos. El lenguaje es
dinámico. Un hombre sin memoria es un papel en blanco. Un hombre sin
lenguaje es solo instinto. El lenguaje nos permite mentir.
Una
peculiaridad sobre el lenguaje nos la presenta Jacques Derrida: "Nunca
podremos encontrar el significado absoluto de una palabra porque siempre
depende de otras palabras. Entonces, ¿cómo podemos estar
seguros de entender algo? Toma un
diccionario y escoge cualquier palabra, por ejemplo, "justicia". Su
definición es: 'Principio
moral que inclina a dar a cada uno lo que le
corresponde'.
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Ahora busca,
"moral": 'Conjunto de normas que regulan el comportamiento humano'. Para
entender "justicia" necesitas entender "moral", pero para entender
"moral" necesitas otras palabras y así sucesivamente; nunca llegamos a
un significado final, solo a un juego infinito de referencias. Entonces,
¿las palabras nunca significan nada por sí mismas? Exacto, el
significado nunca está fijo, siempre está en movimiento, dependiendo del
contexto y de quien lo interpreta. Por eso nunca dejamos de leer, de
cuestionar, de desconstruir". Sin tapujos le agregamos: "...y nunca
dejamos de mentir".
La
inteligencia artificial (IA) interactúa con nosotros a través del
lenguaje e imágenes, no con señas, como serían los lenguajes muy
primitivos. Decidimos hacerle la siguiente pregunta a la IA: "¿Cómo
sabes que soy humano?" La respuesta es inquietante viniendo de una
tecnología aún en pañales, sin conciencia, sin emociones, y sin
elasticidad "cerebral":
Respuesta
IA:
¡Buena pregunta! No puedo "saber" con certeza que eres un humano, ya que
solo interactúo con el texto que me proporcionas. Sin embargo, asumo que
eres un humano basándome en el contexto típico de uso de herramientas
como yo. Aquí están algunas razones por las que hago esa suposición:
1- Lenguaje natural: Usas un lenguaje que parece orgánico, con matices y
expresiones comunes en humanos.
2- Curiosidad: Haces preguntas que reflejan pensamiento crítico o
interés, algo característico de los humanos.
3- Contexto: Interactúas en un entorno diseñado para humanos, como una
plataforma de chat o consultas.
Si fueras un bot o una IA avanzada, podrías imitar estos
comportamientos, pero en la mayoría de los casos, es razonable asumir
que estoy hablando con un humano. ¿Te gustaría que te demostrara algo
más?
Concluyó con esa pregunta provocadora... Entonces, como buenos
inquisidores, le preguntamos: ¿Puedes mentir?
Respuesta
IA:
"No, mi propósito es proporcionar respuestas precisas, útiles y basadas
en la información
disponible. No estoy diseñado
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