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EDITORIAL
Querella
Ciudadana
El imperio de la democracia
capitalista basado en la acumulación primitiva del capital
monetario, los medios de producción y la naturaleza liderado por
los Estados Unidos de Norte América es una constante pérdida de
los activos patrimoniales del capital natural del planeta tierra
y constituye un conjunto de infracciones legales relacionados
con el medio ambiente y los derechos humanos que naturalmente
están asociados a delitos penales, civiles y comerciales.
La epistemología constitucional del imperio de la democracia
saquea, roba, mata y amenaza al mundo por la seguridad de su
espacio vital que con X,Y y Z pretexto, se expande hasta donde
se extiende el universo; su arrogancia en el poder de
aniquilación es patética y, como si fuera poco, pretende
impunidad. El imperio de la democracia es un tigre de papel con
armas de destrucción masiva; es un cuento chino en el que la
humanidad pactará el tratado global comercial descolonizado y
protagonizará un gran salto, el salto adelante de la innovación
humana con el aporte de la República Popular de China.
Las necesidades de los individuos y sus derechos fundamentales
están provistos, la mesa de la abundancia está servida, hay
suficiente producción de mercancías para erradicar hambre y
pobreza de la especie humana en el planeta. Es la conquista del
reino de la libertad inspirada en el amor libre y la paz con la
naturaleza, con justicia social y ambiental y ningún bribón o
grupo de rufianes representantes de las poderosas oligarquías
del imperio esparcidas por todas las naciones-estado podrán
detener su afirmación real.
El principio de realidad impuesto por el orden represivo de la
democracia imperial es una estafa de las oligarquías agrupadas
en el ente de los estados-nación ya que se congregan para
gobernar e imponer sus leyes con artificios jurídicos desde la
división del poder en tres ramas, del muy viejo imperio de la
visión de occidente judaizado: el emperador, el legislador y el
juez. Es la inteligencia educada del patrón burgués transmutada
en oligarquía. El gobierno de la democracia imperial es un nido
de plutócratas y cleptócratas.
Y esos sujetos, agrupados en la ficción de tres poderes
independientes, unidos e integrados a la cadena de mando
imperial desde la revolución francesa, junto con la
independencia del orden feudal tienen tomado el poder de todos
los Estados de la naciones liberales, y delinquen a sus anchas,
mintiendo desde la política para estafar el derecho humano al
bienestar. El imperio de la democracia es el lenguaje del
opresor, es el gobierno de las oligarquías burguesas gobernando
a los estados-naciones.
El imperio de la democracia representada por los Estados Unidos
de Norte América, fracasó en cumplir con la promesa de paz y
bienestar para con la humanidad y para con la naturaleza,
generando disturbios ecológicos, sociales, culturales y
económicos en todo el planeta, por los cuales tendrá que pagar y
rendir cuentas ante las multitudes planetarias que le exigen al
Estado federado de los Estados Unidos de Norte América pagar su
deuda pública y contribuir de manera pacífica a la constitución
del orden multipolar que garantice la libertad de las personas y
del mercado, que son lo mismo, pero no iguales.
Y estos son los argumentos para entablar querella por estafa
contra el imperio de la democracia.
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Alianza de los dueños de la
miseria social

Por: Zahur
Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Puedo hablar porque he vivido lo suficiente como
para distinguir entre el bien y el mal. Además, tengo la
capacidad de la razonabilidad que me permite separar las cosas
comunes de las cosas del intelecto. Cosa no común en el ser
humano. Porque el ser humano es empírico y su intuición la tiene
relegada a la magia y las cosas religiosas.
La mayoría de los textos son historias
fantásticas que han entretenido a generaciones de adultos con
mente de niños y que los hace vivir en ese mundo mitológico. Esa
es una verdad que no se puede rebatir porque está incrustada en
la genética de millones de seres humanos, es removible porque si
se quita desencaja a la humanidad. Y dejaríamos de ser esa
comunidad humana multifacética.
En toda esta composición de elementos humanos hay tres
corrientes que rigen el planeta y que es muy difícil de escapar
de las manos de ellas. La religión, los políticos y los
ladrones. Es como si fuera una alianza que gobierna lo existente
y que es imposible eliminar porque está presente como la vida
misma.
Colombia es un país inmaduro que no ha podido añejar
intelectualmente y que cada día es como si nada hubiera
cambiado. Cualquiera persona mayor de 70 años puede hablar mejor
que yo y hacer un recorrido en su vida para encontrarse que la
ruleta de su existencia ha pasado por los mismos caminos una y
otra vez y que sus vecinos no han comprendido que aún siguen en
lo mismo.
Cuántos crímenes se han cometido en los más de doscientos años
de existencia del país de personas que han querido ayudar a que
el país avance para bien. Y seguirán muriendo y todo quedará
como un muerto más en la interminable lista. Porque morir
asesinado es parte del estándar de muerte en el país.
La alianza tácita de la muerte, “como una muerte anunciada”,
permanece como parte de la naturaleza colombiana. Es una palabra
que escuchamos en todas las formas como si su significado fuera
no tuviera el valor terrorífico que ella expresa y se siente en
otras latitudes.
Por eso hay esa alianza de miseria entre los políticos, los
ladrones y los reducidores, porque es la forma de mantener a los
ciudadanos entretenidos mientras unos roban, otros compran lo
robado y los políticos reponen lo robado para ganar los tres de
esa jugada magistral. ¿Y quién paga? Ya todos sabemos de dónde
sale el dinero.
Lo más interesante de todo esto es que los ciudadanos que son
los dueños del poder, apoyan a los mismos que mantienen la
cadena de calamidades votando por ellos y no ejerciendo el voto
en blanco que es el
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que les da el poder para rechazar todo ese
desorden que se ha establecido por décadas de malos gobiernos o
administradores públicos.
QUÉ LEE GARDEAZÁBAL

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
El Desdén de
los Dioses
De Alejandro Gaviria
Editado por Debate
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=6eaNy67xrKQ
El exministro Alejandro
Gaviria es una contradicción permanente, pero como se nutre de
ellas termina siendo un pensador moderno que se mira al espejo
en una época en que es mejor tomarse una selfie.
Este, su último libro de
pequeños ensayos que inquietan a los cultos que lo lean y
aburren a los incultos, es una colección de narraciones
distópicas, a veces muy pesimistas, otras esperanzadoras.
En cada una, cualquiera que
sea la cambiante posición ideológica del narrador de estos medio
ensayo y medio ficción, se advierte un escritor dotado del humor
negro del burletero inteligente.
Vuelve a apercollar al fantasma de su padre y, obviamente, a
darse golpes de pecho por no haber conversado con él todo lo que
ahora siente sobre quien fuera modelador de su vida. Usa
entonces la fórmula agradable pero irresponsable del monólogo
para que él oiga en la eternidad.
Abona frases esculpidas en piedra, como para que el lector las
subraye y las cite y otras para el consumo diario pero que
resultan tan brillantes como elementales. Por eso afirma que la
vejez quizás se detecte cuando uno llega al momento en que no
quiere experimentar más. O aquella del eterno arrepentido de que
nadie existe si no hay un amor.
Podría entonces decirse que es un libro superficial que obliga a
pensar. O que resulta siendo tan profundo en su manera de
interpretar el futuro distópicamente que encierra la verdad del
mundo real, del que nos atropella todos los días. Un libro
amable, que no deja ni heridas ni carachas, que puede resultar
tan eterno como las cucarachas o tan rápidamente olvidado como
los que se colocan en las estanterías de las ferias del libro
que se hacen para que no se corrompa el vicio de leer.
Un libro tan correctamente escrito que corre el peligro de ir
construyéndole a Gaviria el nicho cerrado de un grupo de señoras
lectoras incapacitadas de tejer pero ansiosas de encontrarse la
satisfacción en unas pocas páginas.
Un libro casi que escrito en homenaje a la eterna contradicción
política y económica que ha hecho del exministro de Salud y de
Educación un eterno candidato a la presidencia pero un
permanente derrotado electoralmente.
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