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Paro armado del ELN
paraliza al Chocó: Más de 3.600 para contener la amenaza

En medio de la creciente tensión que vive el departamento
del Chocó, el Ejército Nacional ha desplegado un contingente de más de
3.600 uniformados en respuesta al anuncio de un nuevo paro armado
declarado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). La medida de
fuerza, que se extenderá hasta la medianoche del lunes 5 de mayo, ha
revivido los temores de las comunidades del Baudó, donde la población
civil ha sido la principal víctima de la disputa territorial entre
grupos armados ilegales.
La advertencia del ELN llegó a través de un comunicado que dejó claro su
intención de frenar las operaciones militares en la zona, argumentando
que sus acciones buscan evitar daños colaterales a raíz de los
enfrentamientos con el Clan del Golfo. No obstante, para las Fuerzas
Militares, el paro no es más que un mecanismo de intimidación dirigido a
obstaculizar el control estatal sobre corredores clave del narcotráfico,
particularmente el del río Baudó, vital para el envío de cocaína hacia
el Pacífico.
Desde la madrugada del viernes, tropas de la Séptima
División del Ejército, junto con unidades de la Fuerza Naval del
Pacífico y el Comando Aéreo de Combate No. 5, comenzaron su despliegue
por la región. El almirante Francisco Hernando Cubides Granados,
comandante de las Fuerzas Militares, señaló que el accionar del ELN es
“una muestra clara de su debilidad frente a la ofensiva sostenida de las
autoridades” y condenó las acciones del grupo por poner en riesgo a las
comunidades y violar los derechos fundamentales de los chocoanos.
A lo largo del Baudó, muchas familias permanecen
confinadas en sus viviendas por temor a represalias, y varias rutas
fluviales, esenciales para el abastecimiento de alimentos y medicinas,
han sido bloqueadas. La situación agrava las ya precarias condiciones
humanitarias de una región históricamente golpeada por el abandono
estatal.
Las autoridades han hecho un llamado urgente a la
población para no ceder ante las amenazas del ELN y han habilitado la
línea 107 para denunciar cualquier hecho delictivo. Asimismo,
enfatizaron que la presencia de las tropas tiene como objetivo proteger
a los civiles y garantizar su libre movilidad en medio de la crisis.
Mientras tanto, en Nuquí, donde el grupo armado asegura
que se ha consolidado una nueva ruta de almacenamiento y exportación de
drogas, el temor crece. La comunidad exige mayor atención y protección
del Estado. Una vez más, el Chocó es escenario de un conflicto que
parece no dar tregua, y cuya solución sigue siendo una deuda pendiente
para el país.
Cae cargamento de dos
toneladas de cocaína en aeropuerto de Armenia

En una operación que dejó al descubierto una peligrosa
modalidad del narcotráfico, la Policía Nacional incautó más de dos
toneladas de clorhidrato de cocaína en el aeropuerto El Edén, en
Armenia, Quindío. La droga, que tenía como destino final los
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Estados Unidos, fue detectada gracias a un trabajo de
inteligencia coordinado entre la Dirección de Antinarcóticos, la
Fiscalía General de la Nación y la DEA, en el marco de la estrategia
Esmeralda Plus.
El hallazgo no solo sorprendió por la cantidad —2.003 kilogramos—, sino
por los métodos utilizados por la organización criminal para intentar
burlar los controles de seguridad. Uno de los vehículos involucrados
tenía placas adulteradas y estaba identificado con logotipos
falsificados de la Aeronáutica Civil, lo que generó una alerta inmediata
en las autoridades. Este automotor habría sido usado como distractor
para facilitar el ingreso del cargamento a zonas restringidas del
aeropuerto.
Durante el operativo fue capturada una persona señalada de participar en
la logística del transporte de la droga. Además, se identificaron
marquillas internas con los códigos “P87” y “ZN33”, supuestamente
utilizadas por la estructura criminal para rastrear y organizar los
cargamentos que saldrían del país.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, confirmó que la incautación
representa una pérdida de alrededor de 67 millones de dólares para el
crimen organizado y la salida de circulación de al menos cinco millones
de dosis. “Este es un golpe certero que evidencia la capacidad de
nuestras instituciones para neutralizar las estructuras del narcotráfico
que intentan operar incluso desde terminales comerciales”, señaló el
alto funcionario.
La Aeronáutica Civil, por su parte, reaccionó con firmeza al conocerse
que su imagen institucional fue utilizada de manera fraudulenta en medio
del operativo. A través de un comunicado, rechazó cualquier vínculo con
los hechos y solicitó una investigación rigurosa. También anunció el
envío de una comisión técnica al aeropuerto para evaluar los protocolos
de seguridad e identificar posibles fallas en los procedimientos
internos.
Las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer la
totalidad de los hechos y determinar quiénes están detrás de esta red de
narcotráfico con alcance internacional. La Fiscalía asumió la
coordinación de las pruebas recolectadas, mientras que la Policía
mantiene la vigilancia reforzada en los aeropuertos del país.
En lo corrido del año, la Dirección de Antinarcóticos ha incautado 148
toneladas de cocaína, lo que refleja la dimensión del reto que enfrenta
Colombia en su lucha contra el narcotráfico.
Ejército frustra
atentado del ELN en La Guajira y evita una tragedia de gran escala

En una operación que pudo haber cambiado trágicamente la
historia reciente de La Guajira, el Ejército Nacional desactivó un plan
terrorista del ELN que buscaba causar daño masivo a la fuerza pública y
a la población civil. El hallazgo de un depósito clandestino de
explosivos en zona rural de Maicao evitó un posible ataque de gran
magnitud en esta región del norte colombiano, históricamente golpeada
por el conflicto armado.
La operación fue liderada por soldados del Grupo de Caballería Mediano
General Gustavo Matamoros, adscritos a la Décima Brigada del Ejército,
con el respaldo de la Policía Nacional e inteligencia militar. En el
sitio, las tropas encontraron 16 lanzadores artesanales, tres lanzadores
de gran calibre, 20 artefactos explosivos improvisados (AEI) y 200
metros de cable dúplex, todos en poder del Frente de Guerra Norte del
ELN.
“Este material iba a ser utilizado para atentar contra nuestros soldados
y también contra civiles. La amenaza era inminente”, afirmaron voceros
del Ejército en un comunicado. La magnitud del arsenal deja ver la
intención del grupo guerrillero de provocar un daño considerable, en una
zona donde los niveles de vulnerabilidad social y económica ya son
alarmantes.
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Aunque no hubo enfrentamientos, el operativo generó gran
preocupación entre los habitantes de Maicao y municipios cercanos. En
las últimas semanas, las comunidades han denunciado un aumento en la
presencia de actores armados ilegales y la circulación de panfletos
intimidatorios. Este hallazgo parece confirmar que, pese a los esfuerzos
de diálogo en otros frentes del país, el ELN mantiene su accionar
violento y su estrategia de terror.
Más allá del éxito táctico, lo que este operativo refleja es una
dolorosa realidad: la amenaza del conflicto armado sigue latente. En
regiones como La Guajira, donde la institucionalidad es frágil, el
riesgo de que civiles se conviertan en víctimas colaterales es
constante. El uso de explosivos de alto poder en zonas rurales
constituye una violación directa al derecho internacional humanitario,
como lo han advertido defensores de derechos humanos.
Las Fuerzas Militares insisten en que no bajarán la guardia. La ofensiva
contra las estructuras armadas ilegales se mantiene, especialmente en
zonas donde han aumentado los ataques y hostigamientos. Además, tanto el
Ejército como la Policía han pedido a la ciudadanía que colabore
activamente con las autoridades, denunciando cualquier movimiento
sospechoso.
Ejército destruye un
arsenal explosivo cerca de una escuela en el Cesar

Un operativo del Ejército Nacional evitó una posible
tragedia en el sur del departamento del Cesar. Tropas del Batallón de
Infantería N.º 14 Capitán Antonio Ricaurte, adscritas a la Quinta
Brigada, localizaron y destruyeron un depósito ilegal de explosivos
perteneciente al Clan del Golfo, a escasos 400 metros de una institución
educativa en la vereda Pedregal, municipio de Río de Oro.
El hallazgo fue posible gracias a labores de inteligencia que condujeron
a las tropas hasta una zona apartada donde se escondía el arsenal. Allí,
en condiciones de alta peligrosidad, fueron encontrados ocho municiones
improvisadas, un artefacto explosivo casero y otros materiales diseñados
con fines terroristas. Las autoridades no dudan: el objetivo de estos
explosivos era atentar contra unidades de la Fuerza Pública y, muy
probablemente, causar daño colateral entre la población civil.
El material fue destruido de manera controlada por el Grupo de
Explosivos y Demoliciones del Ejército, evitando así un riesgo inminente
para los estudiantes, profesores y familias que viven en los
alrededores. La cercanía del depósito a una escuela puso en alerta
máxima a las autoridades. De haberse activado ese material, las
consecuencias podrían haber sido devastadoras.
“Estos grupos criminales siguen demostrando su desprecio por la vida
humana. Es inconcebible que instalen explosivos tan cerca de una
institución educativa. Nuestra labor es proteger a la población y no
vamos a ceder ni un centímetro ante estas amenazas”, señaló un oficial
vinculado al operativo.
Este golpe se suma a una serie de acciones recientes que adelantan las
Fuerzas Militares en contra del Clan del Golfo, una de las
organizaciones criminales con mayor presencia en el país. El sur del
Cesar, por su ubicación estratégica, se ha convertido en corredor de
movilidad para el narcotráfico y escenario de disputas entre estructuras
ilegales.
En ambos escenarios, tanto en el Cesar como en el Chocó, las fuerzas
militares colombianas reafirman su compromiso con la seguridad nacional.
Y aunque los desafíos son múltiples, cada operativo exitoso —como el de
Río de Oro— significa una vida salvada, un atentado evitado y una
comunidad que respira un poco más tranquila.
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