Sinner firma una paliza histórica en Roma y asusta al circuito

Lo que hizo Jannik Sinner el pasado jueves en el Foro Itálico de Roma fue mucho más que una victoria. Fue una clase magistral de tenis que quedará grabada en la historia del torneo. En apenas 64 minutos, el número uno del mundo despachó a Casper Ruud, séptimo del ranking ATP, con un apabullante 6-0 y 6-1 en los cuartos de final del Masters 1000.

Sí, leyó bien: 6-0, 6-1. Y no, no fue por lesión ni por accidente. Fue pura superioridad. En un escenario repleto con más de 10.000 personas, Sinner brilló como pocas veces se ha visto en este nivel. La paliza no fue contra un jugador cualquiera; Ruud llegaba con nueve victorias consecutivas, había sido finalista en Roland Garros y acababa de levantar el título en Madrid. Pero nada de eso sirvió ante un italiano que parece jugar en otra dimensión.

Desde el primer punto, Sinner impuso un ritmo inalcanzable. En 27 minutos le endosó un 6-0 al noruego, ganando 25 de los 32 puntos disputados. Ni siquiera dio respiro. Ruud, frustrado pero aún con humor, celebró con una sonrisa irónica el único juego que logró sumar cuando puso el 2-1 en el segundo set. El público italiano, solidario, lo aplaudió con fuerza. Sabían que estaban presenciando algo fuera de lo común.

El italiano de 23 años suma ya 25 victorias consecutivas y se perfila como gran favorito para quedarse con el título. Ahora enfrentará en semifinales al estadounidense Tommy Paul, mientras que en la otra llave se medirán Carlos Alcaraz y Lorenzo Musetti. Todo apunta a una posible final soñada para los locales, pero el nivel de Sinner mete miedo.

Lo que logró no fue solo una victoria, fue una declaración de intenciones: en Roma, manda él. Y lo hace con una autoridad que pocos se atreven siquiera a discutir. Jannik no solo gana, pulveriza. Y su tenis, hoy por hoy, parece no tener techo.

Barcelona conquista LaLiga con autoridad y celebra su título número 28

El partido disputado en el RCDE Stadium arrancó con una inusual interrupción. A los diez minutos, el árbitro César Soto Grado detuvo las acciones tras recibir la alerta de un atropello múltiple en las inmediaciones del estadio. Afortunadamente, el incidente no dejó heridos graves y el juego se reanudó minutos después, aunque el ambiente quedó marcado por la tensión inicial.

Ya en el terreno de juego, el Barcelona dominó de principio a fin. Con una posesión abrumadora del 77 %, el equipo de Flick impuso su estilo, aunque le costó romper el cero. En la primera parte, el Espanyol tuvo la más clara con Javi Puado, pero Wojciech Szczesny salvó al Barça en un mano a mano crucial.

La apertura del marcador llegó al minuto 53, cuando Lamine Yamal —la joya del club— desató su magia por derecha, recortó hacia el centro y colocó un remate certero al palo izquierdo. Un golazo que encendió la celebración visitante.

Marc Márquez deslumbra en MotoGP, pero la Ducati no ha sido "hecha a su medida"

Marc Márquez volvió a encender el Mundial de MotoGP con una actuación demoledora que lo tiene nuevamente en la cima del campeonato. Con dominio total en las carreras sprint y la mitad de las victorias en domingos, el español ha recuperado el liderato y, con él, han regresado las viejas teorías: ¿está Ducati construyendo una moto especial para él?

Las cifras de Márquez son impactantes, pero en el paddock no todos compran la idea de que su éxito se deba a una moto distinta. Fabio Di Giannantonio, piloto del VR46 Racing Team y compañero de fábrica, salió al paso de las insinuaciones y fue claro: “Las motos son todas iguales. Marc no ha revolucionado nada. Gana porque tiene un talento descomunal”.

Mientras Pecco Bagnaia, bicampeón del mundo con Ducati, atraviesa una temporada difícil y no encuentra el ritmo con la misma GP24 que le dio once victorias el año pasado, Márquez parece haberla domado con facilidad en apenas unas fechas. Su dominio ha dejado incluso a su hermano Álex en segundo lugar del campeonato, a 22 puntos.

Di Giannantonio, sin embargo, rechaza la idea de favoritismo técnico hacia el español. “Esta moto ha sido desarrollada por Bagnaia y por el equipo de pruebas durante años. Marc apenas es piloto oficial ahora, no es posible que haya cambiado todo en dos carreras”, explicó, defendiendo la labor colectiva detrás del éxito de Ducati.

La declaración del italiano no solo respalda a la fábrica, sino también a sus propios méritos. Aunque aún no ha subido al podio en esta temporada, afirma que su equipo y su moto tienen lo necesario para estar entre los tres primeros “todos los domingos”.

En el pasado, Márquez ya fue blanco de las mismas sospechas en Honda, donde muchos aseguraban que la moto estaba hecha a su medida. Hoy, el debate resurge, pero Di Giannantonio lo zanja sin rodeos: “Para ganar hay que ser más hábil que los demás”.

Y, por ahora, Márquez lo está siendo. Con talento puro y una Ducati que ya era campeona, el español ha logrado la fórmula perfecta: velocidad, experiencia y hambre de gloria.