Bogotá, Colombia -Edición: 805

 Fecha: Domingo 01-06-2025

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DEPORTES

 

 

 

El PSG, nuevo rey de Europa

 

 

Una noche calurosa en Múnich fue suficiente para reescribir la historia del fútbol europeo. El París Saint-Germain, el gigante que durante más de una década invirtió sin descanso, por fin conquistó la tan esquiva Champions League. Con una victoria contundente y una actuación colectiva deslumbrante, el equipo francés cerró un ciclo de 15 años de inversión qatarí que superó los 2.283 millones de euros, con un triunfo que se sintió en París, Marruecos y, por qué no, en el corazón de cada aficionado que ama el fútbol bien jugado.

Luis Enrique fue el gran arquitecto. El técnico asturiano, criticado por muchos en su país pero reverenciado en otros rincones del mundo, armó un equipo que no dependió de grandes nombres sino de una idea clara: intensidad, presión y sincronía. Su PSG no esperó a que las estrellas resolvieran los partidos, las diseñó desde el banquillo, y el resultado fue una clase maestra de cómo se gana una final.

El Inter de Milán, que venía de eliminar al Barcelona con autoridad, fue presa fácil para este PSG eléctrico. Desde el primer minuto, la presión alta desarticuló cualquier intento de salida italiana. Así llegó el primer gol: una recuperación feroz, un pase quirúrgico de Vitinha y la definición de Achraf Hakimi, el lateral con alma de delantero.

El segundo, un gol de Doué, dejó claro que el PSG estaba en su noche. El francés, MVP del partido, fue una pesadilla constante para la defensa interista. El tercero, también suyo, sentenció la final, y el cuarto, obra de Kvaratskhelia, confirmó la superioridad abrumadora del cuadro parisino. Y como si el guion necesitara un último aplauso, el joven Mayulu, salido de la cantera, selló el 5-0 en el descuento. Puro simbolismo.

Esta victoria no solo representa el primer título europeo del PSG, sino también el triunfo de un proyecto que encontró en Luis Enrique el timón ideal. Lejos de la era de los Messi, Neymar o Mbappé, el PSG campeón fue un equipo joven, intenso y solidario. Uno que entendió que el dinero no compra la gloria, pero sí puede construirla si se confía en un líder que sepa moldearla.

 

Djokovic arrasa en Roland Garros mientras París festeja la Champions

 

Mientras en París retumbaban los gritos por la histórica victoria del PSG en la final de la Champions League, a pocos metros de distancia, Novak Djokovic firmaba otra noche memorable sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros. El serbio, que cumplirá 38 años este año, demostró que su leyenda sigue viva y que los grandes escenarios lo siguen inspirando.

 

Djokovic derrotó con autoridad al austríaco Filip Misolic, número 153 del mundo, por 6-

 

 

 

3, 6-4 y 6-2, en un partido sin sobresaltos que selló en poco más de dos horas. Fue su triunfo número 99 en la arcilla parisina, igualando su registro en el Abierto de Australia, un número simbólico que alimenta su camino hacia su objetivo real: sumar su Grand Slam número 25.

 

Aunque confesó que le habría gustado ver la final entre el PSG y el Inter de Milán, Djokovic tuvo que concentrarse en su compromiso de la sesión nocturna. El ambiente era diferente, pero igual de apasionado: más de 10.000 personas lo acompañaron desde las gradas de la Philippe Chatrier, en una ciudad completamente entregada al deporte.

 

 

La victoria del PSG no pasó desapercibida para Nole, acérrimo hincha del AC Milan, quien no ocultó cierta satisfacción al ver caer a su rival histórico, el Inter. Una vez terminado su partido, tuvo tiempo de observar los festejos parisinos y también, quizá, de imaginar los propios si logra alzar nuevamente la Copa de los Mosqueteros.

El camino, sin embargo, se complica: en octavos lo espera el británico Cameron Norrie, y más adelante podrían cruzarse figuras como Zverev, Sinner o Alcaraz. Pero si algo ha demostrado Djokovic, es que en estas citas sabe cuándo apretar el acelerador.

 

Egan Bernal emociona en el Giro: “Quise recordar cada pedalada”

 

 

Egan Bernal volvió a dejar huella. Sin levantar los brazos en una etapa ni subirse al podio final, el ciclista colombiano cerró un Giro de Italia que, más allá de los números, significó mucho en su camino de regreso a la élite. Terminó séptimo en la clasificación general, a 12 minutos y 42 segundos del líder Simon Yates, y se consolidó como el mejor colombiano en la competencia.

 

La etapa 20, disputada el pasado sábado entre Verrés y Sestriere, fue un verdadero campo de batalla. Yates dio el golpe final al mexicano Isaac Del Toro en la mítica subida al Colle delle Finestre, asegurando prácticamente su primer título del Giro. Mientras en punta se escribía una nueva historia de gloria, Egan peleaba en silencio, en soledad, contra sus propias limitaciones.

   

 

 

“No tenía las piernas de los tres primeros, pero quería estar ahí. Ha sido un Giro muy bonito y especial para mí. Bastante duro, pero lo he disfrutado mucho”, dijo con sinceridad el zipaquireño del INEOS Grenadiers.

 

Lo más emotivo vino después: “Incluso cuando me sentía vacío hoy, pensaba que quería recordar cada pedalada. Poder disputar la general, independientemente del resultado, ha sido un sueño”.

 

A un día del final en Roma, Egan supera a Einer Rubio (Movistar) por una posición en la general y confirma que, pese a las dudas que lo rodeaban tras su accidente en 2022, sigue siendo un referente.

 

Hoy, la capital italiana será escenario del cierre festivo. Una jornada plana que se definirá al sprint, con los favoritos del embalaje como protagonistas. Pero para Colombia, el Giro ya tiene su héroe silencioso. Se llama Egan Bernal y volvió a soñar.

 

Oscar Piastri se lleva la pole en España y Fernando Alonso enciende al Circuit con su magia

 

 

El Gran Premio de España 2025 dejó una sesión de clasificación vibrante, de esas que el aficionado guarda con una sonrisa, ya sea por el brillo de una joven promesa como Oscar Piastri, o por la garra eterna de un veterano como Fernando Alonso. Dos generaciones, dos historias distintas, pero una misma pasión por ir al límite.

El australiano de McLaren se quedó con la pole position tras una vuelta final perfecta, imponiéndose por 0.209 segundos a su compañero Lando Norris. La batalla interna en el equipo británico sigue al rojo vivo, con Piastri liderando el Mundial apenas por tres puntos. Esta pole, en un trazado tan exigente como el de Barcelona, representa mucho más que una posición de salida: es un mensaje directo de que quiere y puede ser campeón.

Piastri se mostró sólido todo el fin de semana, como si la presión no lo tocara. En plena lucha por mantener el liderato, no se arrugó frente a un Norris que venía envalentonado tras su triunfo en Mónaco. El joven australiano mantuvo la cabeza fría y fue letal en el momento justo. Con solo 24 años, demuestra que no solo tiene velocidad, sino también la madurez para capitalizarla.

Pero la ovación más fuerte del día fue para Fernando Alonso. El español, a sus 43 años, volvió a emocionarse y emocionar al público del Circuit con una vuelta mágica que lo metió en la Q3, a pesar de tener un coche aún por debajo de los mejores. El asturiano rozó la quinta posición en su primer intento, desatando la locura en las gradas. Aunque terminó décimo por una estrategia conservadora de su equipo que le dejó sin un segundo intento, Alonso se marchó con una sonrisa y con el cariño intacto de su gente.

 

 

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