|

Fundado el 3 Abril de 2020
Publisher:
Zahur Klemath
Zapata

Dé
click para
bajar el APP
de
Noticias5
Las opiniones expresadas por
los columnista son de su exlusiva responsabilidad
y
no comprometen el pensamiento de Noticias5.
 
Director: Zahur
Klemath Zapata
Gerente: Laurie
Agront
Gerente
Operativo: Alba L.
Arenas. V.
Editor:
Faver Alvarez
Redacción: Ramón
Valderrama
Deportes: Edwin Ballesteros
Diagramación:
José Mejía
Soporte Técnico: Aurooj
Ali Khan
Colaboradores: Jotamario
Arbeláez,
Gustavo
Alvarez Gardeazábal, Teresa Pardo, Edgar Cabezas,
Guillermo Navarrete, Ricardo Castellanos, Iván Pulido,
Álvaro Ramírez González, Otoniel Parra Arias.

|
|
En medio de esta controversia, quedan los ciudadanos atrapados
entre discursos, bloqueos y denuncias. Quienes esperaban el bus
esa mañana o perdieron una cita médica por el caos del
transporte, difícilmente olvidarán que, más allá de las
palabras, lo que se requiere es equilibrio: entre la protesta y
la movilidad, entre el derecho a expresarse y el derecho a vivir
en paz.
Arma camuflada
en encomienda reaviva alertas de seguridad en la cárcel La
Picota

Un hecho que pone en entredicho la seguridad de los centros
penitenciarios del país ocurrió el pasado viernes en la cárcel
La Picota, en Bogotá. Las autoridades penitenciarias
descubrieron una pistola calibre 9 mm camuflada dentro de un
paquete enviado por correspondencia. El hallazgo se dio gracias
a un control rutinario con rayos X en la zona de recepción de
encomiendas del penal.
La pistola CZ venía acompañada por un proveedor y diez
cartuchos, según confirmó el Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario (INPEC). El paquete fue remitido por la empresa de
mensajería Inter Rapidísimo y estaba dirigido a un recluso, cuyo
nombre no ha sido revelado mientras avanza la investigación.
El hecho activó de inmediato los protocolos de seguridad.
Unidades antiexplosivos de la Policía Nacional y el Ejército
acudieron al lugar para verificar el contenido del paquete. Tras
descartar la presencia de explosivos, el arma fue asegurada bajo
estrictos procedimientos de cadena de custodia.
Como parte del operativo, el INPEC también realizó un registro
en el pabellón 31 del penal, en busca del destinatario de la
encomienda. Aún no se ha confirmado si se ha identificado al
recluso involucrado en el intento de ingreso del arma.
Este intento fallido no es un caso aislado. Es apenas la punta
del iceberg de una problemática profunda que enfrenta el sistema
carcelario colombiano: la constante entrada de objetos
prohibidos a los establecimientos de reclusión.
En abril de este año, un gran operativo simultáneo en 12
cárceles del país permitió decomisar más de 250 celulares, 125
armas cortopunzantes, dos kilos de drogas y hasta 450 litros de
una bebida artesanal conocida como Chamber. El balance fue
contundente: más de 40 pabellones intervenidos y cerca de cinco
mil internos vigilados en una sola jornada.
El 15 de enero, otra intervención masiva en más de 100 cárceles
reveló una realidad igual de preocupante: 796 celulares, 2.712
accesorios móviles y 485 tarjetas SIM en manos de internos. Esta
operación expuso redes de comunicación ilegales que continúan
operando desde dentro, poniendo en riesgo tanto la seguridad de
los establecimientos como la del exterior.
El INPEC ha insistido en que estos controles no son únicamente
para confiscar elementos, sino también para frenar actividades
ilícitas que se gestan tras las rejas. El intento de ingresar un
arma de fuego por correspondencia es, sin duda, una alerta roja
que obliga a reforzar aún más las medidas de vigilancia.
La seguridad carcelaria en Colombia, más que un desafío, se ha
convertido en una carrera contrarreloj.
Rescatan a
conductor secuestrado en Bogotá y capturan a nueve integrantes
de red criminal

Un operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá permitió
rescatar a un conductor secuestrado durante más de doce horas y
capturar a nueve personas involucradas, en un caso que pone en
evidencia los riesgos que enfrentan quienes trabajan con
plataformas digitales en la ciudad.
|
|
La víctima, un hombre que prestaba servicios de transporte a
través de una aplicación, aceptó un viaje en la madrugada cuando
fue abordado por cuatro supuestos pasajeros —dos hombres y dos
mujeres— en el sur de Bogotá. Lo que parecía ser un servicio
habitual se convirtió rápidamente en una pesadilla: fue
golpeado, amenazado y llevado por la fuerza a una vivienda donde
lo mantuvieron amarrado mientras lo obligaban a entregar datos
bancarios y de sus billeteras digitales.
Según relató la víctima, fue torturado física y psicológicamente
durante su cautiverio. Los agresores buscaban vaciar sus
cuentas, aprovechando la información que lograron obtener a la
fuerza. Fue gracias a los gritos de auxilio que vecinos
alertaron a las autoridades sobre una situación sospechosa en
una vivienda donde presuntamente funcionaba un sistema de “pagadiario”.
Uniformados adscritos a la Estación de Policía de Kennedy se
desplazaron al lugar y, ante la actitud evasiva de uno de los
ocupantes, ingresaron al inmueble. Allí encontraron al conductor
atado de manos y pies, con lesiones visibles en la cabeza y las
manos. La intervención permitió su liberación inmediata y la
detención de los nueve presuntos responsables, entre ellos una
mujer y dos menores de edad.
Durante el procedimiento fueron incautados cinco celulares, un
arma de fuego y munición. Las autoridades investigan si este
grupo tiene relación con otros casos similares reportados en la
ciudad.
El teniente coronel Juan Montilla, comandante de la estación,
confirmó que la víctima fue despojada de su vehículo, celular y
acceso a cuentas digitales. “Lo golpearon y lo retuvieron por
horas. Gracias a la comunidad y a la rápida acción de nuestros
hombres, hoy está a salvo”, señaló.
Un juez imputó a los capturados por los delitos de secuestro
extorsivo, hurto calificado, tortura, lesiones personales, porte
ilegal de armas y uso de menores para delinquir. Todos fueron
enviados a centros de reclusión como medida preventiva.
La Policía hace un llamado a la ciudadanía para denunciar
cualquier hecho sospechoso a través de la Línea 123. En lo que
va del año, más de 14.100 personas han sido capturadas en
Bogotá, 30 de ellas por secuestro extorsivo. El mensaje es
claro: la denuncia ciudadana salva vidas.
Accidente de
avioneta médica en zona rural de Chía deja cinco heridos

Un accidente aéreo ocurrido el pasado sábado 31 de mayo encendió
las alarmas en la sabana de Bogotá. Una avioneta ambulancia que
cubría la ruta entre Guaviare y el aeropuerto de Guaymaral cayó
cerca de la vereda Fagua, en el municipio de Chía, dejando cinco
personas heridas.
La aeronave cumplía una misión médica y transportaba a una
paciente junto a su acompañante. A bordo también se encontraban
el piloto, un médico y un auxiliar de enfermería. Todos
resultaron lesionados tras el impacto.
El capitán de bomberos de Chía, Jairo Garzón, confirmó que la
emergencia fue atendida por su equipo tras recibir una llamada
sobre el accidente en zona rural. “Encontramos una avioneta
ambulancia con cinco pasajeros. Se trataba de una misión médica,
y afortunadamente pudimos prestar atención oportuna a los
afectados”, señaló Garzón.
La zona del siniestro, de difícil acceso, complicó por momentos
la labor de los equipos de rescate, que lograron estabilizar a
los heridos y trasladarlos a centros asistenciales cercanos.
Aunque no se ha precisado la gravedad de las lesiones, se
confirmó que ninguno de los ocupantes perdió la vida.
Las causas del accidente aún son materia de investigación. La
Aeronáutica Civil ya se encuentra al frente del caso y realizará
los estudios pertinentes para determinar si hubo fallas
mecánicas, humanas o meteorológicas involucradas.
Este tipo de vuelos suele ser una herramienta vital para
trasladar pacientes desde regiones apartadas del país hacia
centros médicos de mayor complejidad, por lo que el accidente ha
generado preocupación en el sector salud.
Por ahora, las autoridades mantienen vigilancia en la zona y se
espera un parte médico oficial sobre el estado de salud de los
cinco heridos en las próximas horas.
|
|
Galán y Petro chocan por
bloqueos en TransMilenio durante el paro nacional

El paro
nacional del 28 y 29 de mayo en Colombia no solo dejó calles bloqueadas
y estaciones de TransMilenio colapsadas. También desencadenó una
confrontación directa entre el presidente Gustavo Petro y el alcalde de
Bogotá, Carlos Fernando Galán, una disputa que revive viejos fantasmas
sobre el alcance de la protesta social y la gobernabilidad en la
capital.
Todo
comenzó con una declaración del presidente de la Central Unitaria de
Trabajadores (CUT), Fabio Arias, quien reconoció públicamente que el
bloqueo del sistema de transporte masivo de Bogotá fue una estrategia
deliberada del paro. Según Arias, los manifestantes actuaron en
distintas localidades con el objetivo de respaldar la consulta popular y
las reformas impulsadas por el Gobierno nacional.
“Estos
dos días han sido completamente de anormalidad en la vida rutinaria de
los bogotanos”, afirmó Arias. La frase no tardó en generar reacciones.
La Alcaldía de Bogotá, a través de TransMilenio, presentó una denuncia
penal contra el líder sindical, lo que encendió los ánimos en la Casa de
Nariño.
El presidente Petro, fiel a su estilo directo y sin rodeos, usó su
cuenta en redes sociales para condenar la judicialización de la
protesta. “En mi Gobierno no se criminaliza la protesta social, eso es
de dictaduras, no de democracias”, afirmó, añadiendo un dardo a la
gestión distrital al señalar que “la capital no necesita de peñalosas
jugando a las convivir”, en alusión a antiguos mandatarios bogotanos y
sus estrategias de seguridad urbana.
El alcalde Galán no se quedó atrás. También desde la red X, antes
Twitter, respondió con un tono firme y cargado de preocupación por el
impacto de las protestas en la vida de los ciudadanos. “Dígame, ¿usted
está de acuerdo con que 200 o 300 personas, en muchos casos
encapuchadas, se coordinen para bloquear el sistema de transporte
público durante varias horas?”, preguntó al presidente, visibilizando el
caos que vivieron más de dos millones de usuarios del sistema.
El alcalde insistió en que Bogotá protege la protesta pacífica, pero
advirtió que esta no puede sobrepasar los límites del respeto a los
derechos de los demás. “La protesta no puede ser violenta ni
desproporcionada”, subrayó, recordando fallos de la Corte Constitucional
y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Arias, por su parte, defendió su postura ante la denuncia. “Los bloqueos
no son ningún delito. En Colombia estamos acostumbrados a criminalizar
la protesta social”, dijo en entrevista con medios locales. Y añadió que
su declaración no incita a la violencia, sino que refleja el ejercicio
legítimo de un derecho fundamental.
|