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En paz y a salvo
Jotamario
Arbeláez

Jotamario y Claudia por
Jaime Rendón
Sesenta años machacando la prosa y la poesía, setenta y siete
cumplidos, con los mismos kilos de peso y los mismos centímetros de
estatura que cuando tenía veintisiete, y apenas si le habré
compuesto una endecha a la muerte, que suele ser un tema preferido
por tantos poetas tristes, agobiados por desamores, arrollados por
filosofías de derrumbe, fracasados en sus aspiraciones de
trascendencia o acosados por esos males del cuerpo que no dan
tregua.
De mis cien poetas amigos de los tres sexos han desaparecido noventa
y a la mayoría de ellos sí les he entonado mis loas, elegías,
lamentos y ayes, gemido en los entierros o cremaciones, emborrachado
de tristezas el alma inmortal y pedido al Señor que todo lo puede,
si puede, que les abra campo en el paraíso, si hay paraíso. Y si no
hay paraíso con ellos puede crearse, pues ya sufrieron en la vida
bastante, cuando sufrieron, y cuando no sufrieron, con sus hitos
alegres brillo le dieron a ese instante, fugaz o prolongado, de
aire, de agua, de tierra y de luz que conocemos como la existencia
terrestre.
Fui poco dado a lo sombrío, a lo escatológico, a lo tétrico, a lo
macabro, mejor dicho, soy poco dado, dado que tampoco me he ido. He
sido amenazado, y lo sigo siendo. Hasta me han tenido por muerto,
como narro en mi libro La muerte de Jotamario (Caza de libros,
2013). Y yo mismo he descrito mi defunción en Nada es para siempre
(Aguilar, 2002), luego de describir por anticipado mi errancia por
los toques tanáticos de choque, denegación, cólera, depresión,
regateos y decatexis. Sólo saben la fórmula de preservar la vida los
que fingen morir. Por más que tenga en mi mesa de noche los libros
tibetano y egipcio de los muertos, y me embelese con el Necronomicón
y los cuentos de Poe, y con El cielo y el infierno, de Swedenborg, y
los ensayos de Kubler-Ross, me he deslizado más bien por los bares
de las librerías, por las pistas de baile y por los recovecos
sexuales, en busca de temas para cantar odas a la alegría. Fueron
mis temas emotivos las novias que me cornearon, los avatares
familiares, el rodar de las calles y sus gentes vestidas, el
encuentro con realidades otras en el más allá de los viajes. Nunca
pensé vivir tanto, y mantenerme tan vivo con tanta vida. Vencí la
gota y la calvicie y a unos cuantos enterradores que me pensaban
sacar de taquito del cancionero.
Me ha dado por comenzar a sospechar que no es un cuento la tal
existencia de Dios, como comencé a pregonar en mi adolescencia.
Algunos me comentan que esa es una constatación del acercamiento.
Reconozco que en medio de tantas injusticias e inequidades he vivido
en un mundo de maravillas. Y que son maravillas lo que me espera.
Después del sueño donde desaparecen los sueños.
Ahora he retirado mi carnudo esqueleto lleno de bríos a una casa en
las montañas de Villa de Leyva, al pie de la laguna de Iguaque de
donde salió Bachue con su hijo de brazos a poblar el mundo a partir
del imperio chibcha. Lo hicieron y el nombre del hijo y luego su
esposo no lo conservó la mitología, porque era una sociedad
matriarcal. Poca importancia tenía el hombre en esa región por esas
calendas. Me sentaré frente a mi escritorio a escribir Los días
contados, con todo lo que me acuerde de lo que pasó en el mundo
mientras anduve despierto. Con mi mujer Claudia y Dina, mi perra,
contemplaré todos los días la salida del sol al que un día se le
acabará el combustible y se convertirá en una gigante roja, me
bañaré en la quebrada que un día se secará, pasearé en mi camioneta
que un día terminará convertida en chatarra, apagaré la luz una
noche que no tendrá madrugada, y en medio de las cuarenta cajas de
mis Sagrados Archivos, y los siete mil volúmenes de mi fiel
biblioteca, me daré cuenta que entre la literatura y yo, entre la
tierra y yo, entre mi señora y yo, todo habrá terminado.
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Turismo En Tiempo De Pandemia, Retos.

Por: Leonardo Franco Arenas
“La OMT pide un liderazgo internacional firme y que el turismo se
incluya como prioridad en los futuros esfuerzos de recuperación”.
La realidad hasta finales de febrero de 2020.
Desde el año 2016 Colombia fue catalogada como el primer destino
emergente en materia turística por las más importantes guías y
revistas especializadas en el tema de viajes en el mundo. Las
condiciones de seguridad, el mejoramiento de la calidad de los
servicios, son algunos de los ítems que han permitido que el país se
haya posicionado y recibido millones de viajeros del mundo en busca
de nuevas y exitosas experiencias. Somos un destino novedoso, en
crecimiento, sostenible y amigable con el medio ambiente, con
territorios privilegiados por su naturaleza y biodiversidad. Lo
anterior genera para el País desarrollo, empleo, ingresos, (el
turismo es el segundo generador de divisas).
Desde ese entonces el sector turístico pasó de ser un reto del
gobierno nacional ha ser reconocido como uno de los principales
jalonadores de la economía; las cifras lo demuestran: El valor
agregado turístico nacional ha crecido 31%, subiendo en el índice de
competitividad en viajes y turismo del Foro Económico Mundial, ha
generado más de 1,9 millones de empleos en 2018 que corresponde al
8% del total de empleos del País.
La llegada de visitantes en 2019 llegó a 4.515.932 con un
crecimiento del 2,7% respecto al 2018. Además se presentó récord en
ocupación hotelera, alcanzó el 57,8% a nivel nacional, en las
agencias de viajes hubo un crecimiento del 3,7%, en los ingresos de
los hoteles un aumento del 10,6% y en conectividad internacional, 17
nuevas rutas y 39 nuevas frecuencias internacionales.
Bogotá fue el destino más visitado en 2019 con el (45%), seguido de
Cartagena (19%) y Medellín (15%) del total de los visitantes
extranjeros, en promedio un turista internacional gasta al día en la
capital USD 78,3, el nacional USD 64,8 (observatorio de turismo del
IDT 2019). La ocupación hotelera en esta ciudad está por encima del
promedio nacional 62,43% y tuvo un aumento del 18,8 % en la
empleabilidad del 2018 al 2019.
Prestadores de servicios en el sector turístico en Bogotá: 865
establecimientos de alojamiento y hospedaje, 28.716 habitaciones.
42.262 camas. 270 guías de turismo. 287 operadores de congresos y
eventos (todos parados en estos momentos).
Los indicadores muestran la dinámica de crecimiento del sector
turístico en los últimos años, tanto en Bogotá como en las otras
regiones turísticas del País, Costa atlántica, Eje cafetero, San
Andrés y Providencia entre otras.
La
realidad actual es oscura y el futuro es incierto, esta industria,
una de las que más aporta al PIB en muchos países es la una de las
más afectadas, se necesita que las entidades públicas nacionales y
territoriales, gremios, empresarios y prestadores de servicios de
este sector analicen y aborden medidas de choque, de apoyo y de
planeación, ante el fuerte impacto en esta crisis del COVID-19.
Se
deben encontrar respuestas para la recuperación y mejoramiento del
turismo en un futuro, hay algo que debemos tener claro y es que la
industria turística no será la misma cuando pase esta crisis, la
participación de todos los actores del sector será determinante para
que esto se dé; el apoyo ahora es clave de parte del gobierno,
paquetes económicos, pago de impuestos, acceso a créditos, préstamos
bancarios etc. La innovación, el trabajo en equipo, reinventar la
oferta, confianza del viajero, desarrollo de un turismo sostenible
enfocado en la oferta individual, el turismo masivo demorará más en
recuperarse; lo anterior hace parte también de las estrategias para
recuperar el turismo.
Del turismo nos beneficiamos todos!
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