beben, se seducen y manipulan. A los dos les une un deseo y una repulsión mutua.

Sin embargo, justo cuando comienzan a considerar una vida juntos, los improbables amantes descubrirán que las ideas y comportamientos de la sociedad, en especial la lucha de clases y el rol de la mujer, impedirán su relación, llevándolos a un desenlace inesperado.
 

Universo realista
 

Aunque la obra se escribió hace más de 130 años, es una historia que está más vigente que nunca, en esta oportunidad ambientada en un universo realista adaptado al contexto nacional, con preguntas y conflictos contemporáneos.

Es una obra que “nos hace pensar en las dinámicas de las clases sociales, el machismo y las relaciones entre hombres y mujeres. ‘Señorita Julia’ es un clásico que adaptamos a la realidad colombiana, que nos hace reflexionar sobre la complejidad del ser humano.

Para nosotros como jóvenes creadores fue un gran reto traer a un autor que fue abiertamente misógino, desde una mirada actual y femenina, para de alguna forma trasgredir todo lo que él estaba planteando”, afirmó la directora.



Considerado uno de los mejores escritores y padre de la literatura moderna sueca, August Strindberg fue un revolucionario para su época. Influenciado por los naturalistas franceses, escribió una gran cantidad de obras de teatro de género realista como “El Padre” y “Acreedores”.

Sus obras, llenas de oscuridad y desesperanza, retratan personajes complejos en su humanidad, con matices, deseos, aspiraciones y luchas internas y externas.

De allí que un montaje dirigido por una mujer se convierte en un acto transgresor que reivindica el potencial creativo y de producción femenina en el teatro colombiano.



En esta historia, August Strindberg plantea para la “Señorita Julia” un conflicto con el género, y para Juan, de clase y opresión.

“Esta es una obra intensa y apasionante, donde tres personajes lucharán a muerte por sus deseos y aspiraciones, en una sociedad que los golpea constantemente”, afirma Juliana Morales, actriz, protagonista de la obra y cofundadora de Anfibia Teatro, un emprendimiento cultural fundado en el año 2020 por un equipo interdisciplinario de jóvenes creadores, con el objetivo de transformar la vida de las personas a través de la creación y la formación teatral.

Por su parte, el Teatro R101 fue fundado el 11 de febrero de 1995 como un proyecto de un grupo de estudiantes de la Universidad de los Andes que le apostaron a generar un espacio donde jóvenes inquietos por las artes escénicas pudieran desarrollar su vocación con disciplina, entrega y amor por las tablas. Su sede está ubicada en el barrio Chapinero, de la capital colombiana.