demográficamente a los neandertales y los incorporamos a las poblaciones humanas modernas". Esta metáfora ilustra cómo la integración no fue un evento abrupto, sino un proceso gradual y continuo.

Implicaciones del estudio

Este estudio tiene varias implicaciones importantes para nuestra comprensión de la historia humana. En primer lugar, sugiere que la hibridación entre Homo sapiens y neandertales fue un proceso mucho más complejo y prolongado de lo que se pensaba. En lugar de ser un evento único, la mezcla genética ocurrió en múltiples ocasiones, en diferentes momentos y lugares.

En segundo lugar, el estudio destaca la importancia de considerar la perspectiva neandertal en las investigaciones genómicas. Hasta ahora, gran parte del enfoque ha estado en cómo los genes neandertales han influido en los humanos modernos. Sin embargo, este nuevo enfoque proporciona una visión más equilibrada y completa de la interacción entre las dos especies.

Finalmente, los hallazgos pueden tener implicaciones para otros estudios de hibridación en la evolución humana. La historia de la hibridación entre especies no es exclusiva de Homo sapiens y neandertales; otras especies humanas antiguas, como los Denisovanos, también interactuaron con nuestros ancestros. Comprender estos procesos puede proporcionar una imagen más rica y detallada de la evolución humana en su conjunto.

La investigación del Instituto Lewis-Sigler de Genómica Integrativa de Princeton ha cambiado nuestra comprensión de la interacción entre Homo sapiens y neandertales. Los humanos modernos y los neandertales no solo compartieron el mundo, sino que también compartieron sus genes en múltiples ocasiones a lo largo de milenios. Este intercambio genético fue fundamental para la conformación de ambas especies y, en última instancia, llevó a la integración de los neandertales en la población humana moderna. Este estudio no solo amplía nuestro conocimiento sobre la historia humana, sino que también resalta la complejidad y riqueza de nuestras interacciones pasadas.

El análisis reveló al menos tres eventos de contacto distintos. El primero ocurrió hace entre 200,000 y 250,000 años, el segundo hace entre 100,000 y 120,000 años, y el tercero, que ya se conocía, hace alrededor de 50,000 a 80,000 años. Estos hallazgos sugieren que los Homo sapiens y los neandertales no solo se conocieron, sino que interactuaron y se cruzaron durante períodos mucho más prolongados de lo que se pensaba anteriormente. Durante estos encuentros, sus genomas se modificaron significativamente.

La proporción de ADN humano en neandertales

La mejor estimación actual es que los neandertales más recientes contenían hasta un 2.7% de ascendencia humana, con algunos grupos alcanzando hasta un 10%. En comparación, el ser humano moderno tiene, en promedio, un 3% de ADN neandertal. Este intercambio genético fue bidireccional, aunque el impacto en la población neandertal parece haber sido más pronunciado.

La asimilación de los neandertales

El estudio también arroja luz sobre la disminución de la diversidad genética en la última población de neandertales. Esta reducción de la variabilidad genética y el tamaño de sus grupos sugiere que la especie fue asimilada lentamente por los Homo sapiens. Los descendientes de los neandertales adquirieron gradualmente más ADN humano, lo que condujo a su eventual integración en las poblaciones humanas modernas.

Joshua Akey, uno de los investigadores principales, explicó a la agencia EFE que "los humanos modernos eran básicamente como olas que se estrellan en una playa, erosionándola lenta pero constantemente. Con el tiempo, simplemente abrumamos