EL CONDÓN EN SU SITIO

Por: Jotamario Arbeláez

Desde que comenzó a expandirse la peste del sida para contrarrestar la superpoblación producto del embarazo desencadenado, el condón ha entrado sin vaselina en la canasta familiar. Con perdón de la iglesia católica, que se opone al uso de este incómodo artefacto, no porque afecte la sensibilidad del usuario -del que se lo pone o al que se lo ponen-, sino porque obstaculiza el objeto sagrado del acto sexual cual es la procreación. Y el infernal objeto del sida, que no es otro que el exterminio.

Según los cálculos más conservadores hechos por las entidades más liberales, para el año 2050 habrán desaparecido 278 millones de fornicantes que no usaron el condón o se les rompió. La parte más conservadurista de la iglesia, encabezada por el cardenal Alfonso López Trujillo -en plena campaña para el papado-, ha salido con el cuento bastante chimbo de que el condón no debe usarse porque deja colar no sólo los espermatozoides sino el virus del sida, 450 veces más pequeño y escurridizo. Y si se traspasa en el acto de la copulación, es de imaginarse que el peligro se infla en el acto de la succión. Por eso, según el padre de la iglesia, a los condones, como a los cigarrillos con filtro, debería ponérseles el rótulo de que “su uso es perjudicial para la salud”. ¡Atchis!

Los liberalizantes defensores del uso del condón han ido aún más lejos, adelantando

una campaña para que sean las chicas quienes lo carguen, ellas que tienen más espacio en su monedero, y lo guarden en su bolso, su mochila o en su lonchera. O sea que para éstos el rótulo para su producto sería: “Manténgase al alcance de los niños”. Que en esto de las eyaculaciones no siempre es malo ser precoz. No hay derecho. Durante muchos siglos la iglesia también reprobó el inocente amor manual o masturbación, método anticonceptivo más seguro que el onanismo. Y ahora ha venido a saberse que es, no sólo el único ejercicio amatorio a prueba de cuernos, sino un poderoso preventivo de las molestias de la próstata. Se dice que músculo que no se ejercita se atrofia, y hay tantas gentes que no hacen nada con las manos que terminan artríticas.

La Organización Mundial de la Salud ha manifestado que el condón si es un efectivo repelente contra las enfermedades de transmisión sexual, como contra el embarazo no deseado. Que lo que hay que hacer es tomar las precauciones para usarlo bien, pues no han de faltar los ahorrativos que lo utilicen por los dos lados. O que usen lubricantes petrolizados que destruyen el látex o facilitan el deslizamiento. O se lo pongan de pijama después del coito.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas cada 13 segundos un joven contagia o es contagiado de sida, sobre todo cuando no se lo ponen. Por eso las iglesias unidas de África, continente donde de cada 4 habitantes uno es contenedor del virus, se ha declarado “asqueada y conmocionada” con la posición vaticana de desestimular el condón, ya de por sí bastante desestimulante.

Pero pongamos el condón en su sitio. No han faltado los vivos, fabricantes o publicistas del exótico producto de primera necesidad, que para acreditar la efectividad